Convertida en una de las parejas más sólidas y poseedores de una familia espectacular en la que Amaïa, Bastien y Killian son la cereza del pastel, Bárbara Coppel y Alejandro Hank Amaya continúan viviendo como de luna de miel, sólo que ahora, en compañía de sus tres hijos. Durante su participación en el podcast, La burra arisca, la socialité dio detalles de cómo ha hecho para vivir en varias partes del mundo con tres hijos con quienes, hace unas semanas, aterrizó en San Diego, donde planean quedarse hasta diciembre próximo, para luego, volver a hacer sus maletas y regresar a Sevilla, donde los niños comenzarán el nuevo ciclo escolar y donde residen desde hace dos años.
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Sobre los viajes que comparte en redes sociales, la socialité recordó cómo fue que comenzó su recorrido por el mundo en compañía de su familia: “Vivimos, cuando nos casamos, dos años en París y ahí tuve a mi primera hija; luego de ahí nos fuimos dos años a San Diego, luego dijimos: ‘Vamos a remodelar la casa’ y Alejandro tiene negocios en Sevilla. Íbamos por cuatro meses que, era lo que se iban a tardar en remodelar la casa (…) nos fuimos al campo, ahí estuvimos tres meses felices de la vida”, contó. La socialité reveló hasta cuándo estarán en Estados Unidos: “Estamos ya de regreso en San Diego nos vamos a quedar, más o menos, hasta Navidad y luego regresamos el año escolar a Sevilla y lo queremos hacer de aquí hasta que podamos, porque yo creo que nuestro instinto es ser nómadas”, explicó.
Tras revelar sus planes a corto plazo, Bárbara hizo una pausa y pidió cambiar el tema por una razón: “Oigan, pero no le quiero caer gorda a todos sus escuchas, de por sí, tengo como las dos vertientes, o les caigo súper bien o no”. En ese sentido, la socialité abrió su corazón y reveló que a pesar de su popularidad en redes ha tenido que aprender a lidiar con los comentarios negativos: “Ya tengo bloqueada a un millón de personas, yo creo, pero ya no me molestan tanto, por más que bloquees, por ahí aparece uno que otro”, comentó. Por otro lado, denunció que lo que no le gusta es cuando las personas se meten con sus pequeños: “Lo que sí no soporto es que critiquen a mis hijos, no lo soporto. Si me critican a mí, muchas veces lo dejo para que sea imparcial el asunto, que haya de todo”, admitió.
Si bien las revistas y las redes sociales muestran la parte más espectacular de la vida de la socialité, las conductoras la cuestionaron directamente: “¿Tú vida sí es tan perfecta como se ve en ¡HOLA!?”, con la sonrisa que caracteriza a Bárbara, comentó sincera: “No es tan perfecta. Lo que pasa es que no posteo fotos de mí trabajando, ni fotos de mí cuando estoy triste o cuando estoy aburrida, amargada o cuando mis hijos gritan todo el día”. En ese sentido, Bárbara reconoció que ser mamá de tres no ha sido fácil, pero agradece tener en casa a su cómplice: “Te dan las 8 de la noche y muertos estamos, pero me dice: ‘Qué onda, ¿nos vamos a comer algo?’ y le digo: ‘¡Sí! Que lo que quiero es salirme de la casa’”, admitió.
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Recuerda su flechazo con su esposo
Bábara reconoció que gran parte del éxito de su familia se lo debe a su esposo a quien, confesó, lo conoce desde la preparatoria, pero no fue hasta hace unos años que lo reencontró en París, luego de que ella acaba de terminar una relación amorosa: “Yo juré que nunca iba a ser feliz, ¿quién me iba a hacer más feliz de lo que ya era?, cuando corté, mi tristeza era: ‘Yo nunca voy a encontrar la felicidad’, pero la encontré, y al triple, porque estoy con una persona que me entiende, nos gusta lo mismo, a pesar de que somos súper diferentes”, explicó. Bárbara recordó que Alejandro no le caía tan bien durante su época de estudiante: “Lo mal juzgué, porque él dice que yo le caía muy bien, porque me veía en clases haciendo tonterías”. Reconoció que lo suyo fue amor a segunda vista: “Lo veo entrar al lugar (en París) y lo primero que llamó la atención fue su estatura, luego su barba, dije: ‘¿cómo?, ¡se hizo hombre!’ y me cayó perfecta la plática”, recordó divertida.