Hace unos días, Lerynne West dio la vuelta al mundo por su noble corazón, gran suerte y peculiar historia. Pues se encontraba como un día cualquiera comprando comida en una tienda junto a su hermana y decidió adquirir un boleto de lotería Powerball, como solía hacerlo de vez en cuando, sin embargo, hasta el momento había obtenido 150 dólares (más o menos 3,042 pesos mexicanos). Lo que no imaginaba era que su vida estaba a punto de cambiar... abrió su boleto, vio los números y de inmediato se dio cuenta que coincidían con el premio mayor. En un segundo la felicidad la inundó, había ganado 343,900 millones de dólares (nada más y menos que casi 7 mil millones de pesos mexicanos).
¿Te imaginas qué harías con tanto dinero?
Lerynne de inmediato supo que su vida sería otra a partir de ese momento y conocía las acciones que tomaría con las buenas nuevas: Repartir el dinero. En una entrevista a Good News expresó: ‘He creado la fundación Callum, a la que destinaré un porcentaje del premio y la cual, lleva el nombre de mi nieto que nació prematuro y falleció al día siguiente, con la misión de ayudar a personas y fortalecer comunidades para hacer que vivan una vida digna. También lo compartiré con mi familia y amigos”, concluyó emocionada. Más tarde en el programa de televisión ‘The Ellen DeGeneres Show’, al que acudió como invitada comentó que había donado otro generoso porcentaje a la Fundación Mills, que brinda apoyo a veteranos y sus familias; reveló la noble razón por la que contribuyó con ellos: “Mi padre y hermanos formaron parte del ejército de Vietnam y nunca olvidaré los sacrificios que hacen los soldados y sus familias por nuestro país”, confesó.
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West había vivido una dura vida, puesto que desde que tenía 14 años tuvo que trabajar para comprar sus uniformes escolares y ayudar económicamente en su hogar. Más tarde, cuando se convirtió en madre se enfrentó a una difícil batalla, al realizar esta labor sola sin el apoyo del padre de las tres pequeñas niñas y confiesa que desde ese momento, todos los días de la semana ha trabajado de tiempo completo incluyendo fines de semana, buscando sacar adelante a sus hijas.
Un día antes de sacarse la lotería, Larynne cumplía su más grande sueño, se compró su primera casa a sus 51 años y comenzaba un nuevo trabajo, donde vendería seguros, trabajo que hoy ya dejó, pues ahora es multimillonaria.
Sin duda alguna Larynne ha sido recompensada por todo el esfuerzo que ha brindado desde muy pequeña y ha confesado que lo primero que va a comprar con su nueva herencia, es un coche para pasear. Tras contar ahora con un futuro asegurado, el cual ya ha compartido con más personas, mantendrá económicamente a su madre, sus tres hijas, siete hermanos y a sus 6 consentidos nietos, para que nunca se preocupen por trabajar comentó feliz.