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Si a las afueras de la capilla de St. George en el Palacio de Windsor, se veía a un Príncipe George seriecito y formal, después de haber sido uno de los pajes en la boda del Príncipe Harry y Meghan Markle, las cosas cambiaron unos minutos después. La publicación de las fotografías oficiales del enlace, han regalado una mirada a lo que sucedió después del recorrido en carruaje de los novios, y por supuesto, a sus tiernos pajecitos, entre los que el pequeño George destacó por su hermosa sonrisa.
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Si durante la ceremonia, la Princesa Charlotte se robó todos los corazones con sus simpáticos saludos a la multitud y las graciosas caras que hizo en el automóvil a su llegada a la ceremonia, en los retratos familiares el Príncipe George no se quedó atrás. Acostumbrado a mostrarse siempre seriecito y muy formal, el tercero en la línea de sucesión había guardado mucha sobriedad a las afueras de la iglesia. Con un poco de timidez se refugiaba en las piernas de su papá para pasar desapercibido, pero ya en la comodidad del Castillo y rodeado por más niños de su edad, el Príncipe George no podría estar más contento.
Tal vez su enorme sonrisa se debió a la felicidad que proyectaba su tío consentido y cómplice de juegos, el Príncipe Harry. George se paró junto a los novios en la fotografía en la que Harry y Meghan posaron junto a su cortejo nupcial, y deslumbró la cámara con una enorme sonrisa. Si esto parecía una cosa de momento, la alegría del pequeño se volvió a dejar ver en el posado de los novios con sus familias. Mientras la Princesa Charlotte estuvo en las piernas de la Duquesa de Cambridge, el Príncipe George se sentó junto a su madre para sonreír a la lente de Alexi Lubomirski.
Se ha dicho que para el almuerzo posterior a la ceremonia religiosa, los novios planearon actividades que entretuvieran a los más pequeños. Al parecer, fue un cuentacuentos el encargado de mantener contentos a los niños –que únicamente eran los que formaron parte del cortejo nupcial- mientras sus padres disfrutaban de la reunión que se ofreció para los 600 invitados a la misa.
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El único que faltó en este gran momento, fue el Príncipe Louis, quien al ser muy pequeño no pudo acompañar a sus hermanos mayores en el gran día del Príncipe Harry. El tercer hijo de los Duques de Cambridge fue el único miembro de la familia inmediata de Harry que no pudo estar en la boda real.