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El mejor regalo que la vida le pudo dar a Edith González fue ser madre de la pequeña Constanza Creel. La actriz ha creado una complicidad con su hija que se refleja incluso arriba del escenario, pues, además de ser madre, ha continuado con su carrera profesional con éxito; tanto que el pasado fin de semana la rubia se incorporó al elenco de la obra de teatro Made in México, que se presenta en el Teatro Jorge Negrete, donde recibió todo el apoyo, a través de abrazos, de su hija.
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La niña de 10 años es una mezcla perfecta de los genes de su madre, Edith González, y de su padre, el político Santiago Creel. Además, tiene un carisma que cautiva y una sonrisa que luce en cualquier sitio que visita y que seguro le abre muchas puertas. Con ese entusiasmo y emoción acompañó a la actriz de 50 años a su presentación.
El esposo de Edith, Lorenzo Lazo -con quien se casó en septiembre de 2010-, también se presentó a la puesta en escena para respaldarla en esta nueva etapa profesional, en la que compartirá créditos con sus colegas Juan Ferrara, Rafael Inclán y Socorro Bonilla. El telón se abre nuevamente para la regiomontana después de cinco años de no hacer teatro, pues su última aparición sobre las tablas fue en 2010, cuando participó junto a la actriz Rosa María Bianchi en la obra de teatro Buenas noches, mamá en la Ciudad de México.
La madrina de lujo de la noche fue Carmen Salinas, quien ha apoyado a Edith González en diferentes momentos de su carrera, por ejemplo, durante su paso por Aventurera en 1998, musical que protagonizó durante cinco años de llenos totales y muy buenos comentarios.
Al finalizar la obra, Constanza subió al escenario para abrazar a su mami. La pequeña fashionista lució unos leggins estampados a colores, una camiseta blanca y le puso un toque divertido con unos tenis Converse negros. Eso sí, lució su larga cabellera con ondas que la hicieron ver linda y que acentuaron el parecido físico a su madre, con quien compartió algunos “secretos” arriba del escenario, muestra clara de que son las mejores amigas y que su relación se basa en la confianza.
Edith González es una gran figura y ejemplo para su hija, y aunque todavía no está convencida de que su hija siga sus pasos en la actuación, a los cuatro años la dejó participar en Plaza Sésamo, donde mostró que ha heredado el talento y el carisma de su famosa mamá.
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