El papa Francisco ya descansa en paz. Sus funerales se han llevado a cabo en el Vaticano este sábado 26 de abril y se calcula que hasta 200 mil personas se hicieron presente para darle el último adiós al primer jefe de la iglesia latino y jesuita, tras perder la vida el 21 de abril a los 88 años. Las exequias también ha reunido a unos 50 mandatarios y 160 delegaciones de gobierno que se han dado cita para rendirle honores finales al pontífice.
Entre los invitados se encontraban los reyes de España, Felipe VI y doña Letizia, quienes fueron colocados a escasos metros de sus homólogos estadounidenses, Donald y Melania Trump durante la misa final que duró alrededor de dos horas. En medio de ellos se situaba el presidente de Estonia, Alar Karis, ya que fueron acomodados en orden alfabético en francés para así evitar situaciones incómodas.
Durante el oficio de la Liturgia de la Eucaristía, que estuvo dirigida por el cardenal Giovanni Battista Re, quien también se encargó del último adiós a Benedicto XVI, se ofreció a los fieles el servicio de la consagración del pan y el vino. Acto seguido, se dio paso a que la muchedumbre se diera la paz.
Todas las miradas estaban puestas sobre los líderes políticos del mundo y la expectación recaía sobre las parejas conformadas entre los reyes de España y los Trump. A tan solo escasos pasos separados, el rey Felipe dio el primer paso y le extendió la mano a Melania Trump, para luego fundirse en un apretón de manos con el presidente de los Estados Unidos.
En la última parte del proceso, Donald Trump hizo lo propio y saludó a la reina Letizia. Además, el mandatario estadounidense replicó el mismo gesto con el presidente de Francia, Emmanuel Macron, quien estaba ubicado a su diestra.
Previo a esta reunión en la plaza general, todos los presentes también cumplieron con el protocolo y estuvieron dentro de la Basílica de San Pedro para brindar sus respetos ante el féretro del papa Francisco.
De esta manera se pone punto final a una semana en la que toda la atención mediática ha recaído sobre la muerte de Jorge Bergoglio. Francisco rompió con la tradición al no ser enterrado en San Pedro, siendo el primer Papa en no ser sepultado ahí en más de un siglo. "Deseo que mi último viaje terrenal termine precisamente en este antiguo santuario mariano, donde siempre me detengo a rezar al inicio y al final de cada viaje apostólico, confiando mis intenciones a la Madre Inmaculada y dando gracias por su dulce y maternal cuidado", rezaba el testamento del pontífice.