Su nombre ha quedado para la posteridad como el de uno de los escritores más prolíficos de las letras latinoamericanas. Mario Vargas Llosa, Premio Nobel de Literatura 2010, falleció a los 89 años en la capital peruana de Lima, ciudad en la que residió sus últimos años, inmerso en su privacidad y acompañado en todo momento por su gran familia. Apenas el pasado 28 de marzo, los integrantes de su círculo más cercano celebraron el cumpleaños del octogenario maestro de las letras, quien posó para algunos retratos familiares de buen ánimo y cobijado por quienes le expresaron su admiración y cariño eternos; sus tres hijos, Álvaro, Gonzalo y Morgana, así como su exmujer, Patricia Llosa.
El último cumpleaños de MVLL
Tras un periodo de varios años inmerso en una vida pública intensa, Vargas Llosa se refugió en su natal Perú para pasar los últimos años de su vida. Bajo el cuidado y la calidez de los suyos, el laureado autor de obras como La Ciudad y Los Perros, Conversación en la Catedral, La Tía Julia y el Escribidor, entre otras, recibió sus 89 años de vida; en casa, colmado de abrazos y muestras de afecto en lo que, sin saberlo, se convirtió en una emotiva despedida para el también patriarca, quien fue muy apegado a su familia, a pesar de los giros que marcaron su entorno personal en los diversos periodos de su vida.
El 28 de marzo, su hijo Álvaro Vargas Llosa reveló en su cuenta de X las postales familiares del último festejo de su padre, Mario. “89”, se puede leer en las primeras postales en las que el escritor aparece sonriente junto a los suyos. En las imágenes destaca su exmujer, Patricia Vargas Llosa, de quien se había separado en 2015 y con quien retomó contacto en 2023. “Sin ella, mi vida se habría disuelto hace tiempo en un torbellino caótico”, dijo en su recordado discurso del Nobel sobre la madre de sus tres hijos.
89 años y su vuelta al hogar
Frente a su pastel de cumpleaños, decorado con un par de velas para formar el número 89, Vargas Llosa dio la bienvenida a su último año de vida. En más postales compartidas por su hijo Álvaro ese mismo 28 de marzo, se observa al escritor en una estancia de su residencia con vista a la costa peruana. “89 años. Cuántas vidas en una. ¡Feliz cumple, Varguitas!”, escribió Álvaro como descripción de las fotos, las últimas postales de Vargas Llosa en la plenitud de su intimidad familiar.
Memorias de su natal Perú
Días antes de celebrar su cumpleaños 89, Mario Vargas Llosa hizo un nostálgico recorrido por algunos sitios de la ciudad de Lima, esos que lo inspiraron para crear los escenarios de algunas de sus medulares obras literarias. Acompañado por su hijo Álvaro y de la mano de su nieto Leandro, el escritor visitó el Colegio Militar Leoncio Prado, escenario de La Ciudad y Los Perros, así como el Bar La Catedral, en el cual se desarrolla la historia de Conversación en La Catedral.
“Con su nieto Leandro, en Cinco Esquinas en Barrios Altos (donde aparece un cadáver y viven dos protagonistas en la novela), paso por la inaccesible casa donde nació Felipe Pinglo (Le dedico mi silencio) y la Quinta Heeren (gracias, administrador, por el acceso)”, escribió el ensayista.