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Hay bodas que celebran el amor. Y hay otras que también celebran el estilo. La de Ale Capetillo y Nader Shouery pertenece, sin duda, a estas dos categorías: una oda al romance contemporáneo envuelta en sofisticación, sensibilidad y una estética tan depurada como auténtica.
En pleno corazón de Madrid, la joven pareja convirtió una ceremonia civil en una experiencia íntima con el pulso de una editorial de moda. Cada detalle fue pensado para transmitir una historia personal, profundamente emocional y visualmente impecable.
El primer capítulo de esta magnífica historia de amor se escribió entre la calidez de lo íntimo y la fuerza de lo eterno. Ale celebró su boda civil rodeada del cariño de amigos entrañables y de los lazos familiares que cruzaron el Atlántico para estar con ella en un día tan significativo.
"Fue un festejo muy íntimo, con gente a la que quiero muchísimo y que, en este tiempo, se ha vuelto mi familia aquí en España".
Un escenario con alma e historia
El lugar elegido fue mucho más que un mero escenario. El Palacio de la Equitativa, sede del emblemático Hotel Four Seasons Madrid, brindó el marco perfecto para una ceremonia inolvidable. Esta joya arquitectónica del patrimonio español, con sus columnas de mármol, detalles dorados y una imponente estética clásica, ofrecía un entorno casi cinematográfico, donde cada rincón parecía pensado para ser eterno. Madrid —la ciudad que la vio madurar, reinventarse y enamorarse— se convirtió así en el punto de partida simbólico del proyecto de vida que Ale y Nader comienzan juntos.
Más allá del vestido: una declaración de estilo
Ale rompió con las convenciones del ‘bridal style’ apostando por un ‘look’ que desafiaba cualquier expectativa. Junto a la diseñadora Lorena Formoso —con quien forjó un vínculo especial tras haber protagonizado una portada de ¡HOLA! Novias—, creó un conjunto de dos piezas tan versátil como sofisticado: una falda de caída fluida y un top corto con un aire decididamente español.
“Quería algo diferente que pudiera volver a usar. No será un vestido que quede guardado en el clóset; tiene mucho peso sentimental para mí”.
El toque final, inesperado y lleno de personalidad, fue una pamela que elevó el estilismo a un nuevo nivel. “Nunca había usado una y me enamoré de ella en la prueba. Fue algo icónico”.
"Ale es una mujer que vive la moda con pasión y naturalidad, y eso se refleja en cada elección que hace. Ya la habíamos vestido en varias ocasiones, pero este diseño es realmente especial, porque está pensado para un día único e irrepetible".
Detalles íntimos con un guiño a la tradición
En cuanto a anécdotas, Ale nos contó que, aunque no siguió todas las tradiciones nupciales en su boda civil, sí quiso incorporar algunos elementos simbólicos.
“El algo prestado me faltó, porque para la boda de México será la mantilla de mi abuela. Pero sí quise usar algo azul y algo nuevo para el civil. Lo nuevo eran mis joyas y mi vestido, y para el azul, la diseñadora muy linda puso un moño miniatura dentro del vestido que solo yo podía ver cuando cerraba el zipper. Me encantó ese detalle. También las alianzas llevan un zafiro en el interior del anillo”.
Belleza natural y símbolos con alma
Para su gran día y fiel a su esencia, Ale apostó por un 'beauty look' que hablara de ella sin necesidad de excesos. Quería que la piel fuera la protagonista, con un acabado natural que dejara ver sus pecas y rasgos. El maquillaje equilibró a la perfección frescura y sofisticación: 'foxy eyes' sutiles en tonos café, blush y bronzer en clave soft. “Me sentí muy bonita ese día”, confiesa. Y se notaba.
Cada detalle tuvo un propósito. Desde el delicado moño azul oculto entre las costuras del vestido hasta el zafiro engastado en las alianzas: nada quedó al azar, todo hablaba de amor, intención y estilo.
Las argollas fueron amor a primera vista. “Nos hicieron una selección y justo los primeros que nos mostraron, nos enamoramos Nader y yo”. Las eligieron en oro rosa: Ale con pequeños diamantes, Nader con un diseño sencillo y ligero. En el interior grabaron sus nombres, la fecha de la boda y un zafiro oculto como su 'something blue'.
El amor de hermanos que marcó el comienzo del "sí, acepto"
"Nader no tenía la menor idea de nada, ni yo de su traje. Entonces nuestro ‘first look’ fue cuando mis hermanos me entregaron, que fue básicamente la primera vez que me vio caminar hacia él vestida de novia”.
Tener a sus hermanos mayores, Pau y Eduardo, a su lado en un día tan significativo fue, para Ale, el mayor regalo de todos. Aunque sus padres y hermanos menores no pudieron viajar, el hecho de que ellos dos cruzaran el continente para acompañarla en su boda civil —el primer paso en la celebración de su matrimonio— fue un gesto que llenó su corazón de luz y gratitud. “Me sentí muy afortunada de que lograran hacer este viaje, por más que vinieron pocos días".
Su presencia no solo fue simbólica, sino profundamente significativa: “Ellos dos me entregaron. Fue divino, no lo habíamos organizado hasta ese momento, hasta que empezó a sonar la música. Pensé: "Quiero que ellos dos me entreguen". Ese gesto espontáneo y cargado de amor se volvió uno de los momentos más conmovedores de la ceremonia. “Son mis mejores amigos, las personas con las que crecí. Entonces el hecho de que personas tan cercanas me entregaran me llenó de alegría”, agrega.
La ceremonia fue oficiada por Isac, un amigo muy cercano a la pareja, lo que añadió aún más intimidad y significado al acto. Uno de los momentos más conmovedores fue el discurso de Eduardo y del hermano de Nader, Jade Shoueiry, que tocó fibras profundas en todos los presentes. “Eduardo dio un discurso con el que nos dejó a todos con lágrimas en los ojos”, recuerda Ale.
El corazón de los padres, guiando desde lejos
Aunque sus padres, Eduardo Capetillo y Biby Gaytán, no estuvieron presentes físicamente, Ale encontró la forma de hacerlos partícipes de ese momento tan especial.
“Mis papás nos marcaron cuando terminó la ceremonia. No quisimos hacer Facetime durante la ceremonia para que no tuviéramos el inconveniente de que se estuviera cortando, y poder estar todos más presentes”.
La llamada ocurrió durante la sesión de fotos, y fue entonces cuando vivieron un instante íntimo a distancia: “Mi mamá me estuvo ayudando a posar para las fotos; fue un momento muy bonito e íntimo con ellos”. Además, sus palabras no solo cruzaron la pantalla, sino que se quedaron con Ale durante toda la celebración. “Me dijeron que disfrutara al máximo ese día con Nader, porque es algo que se pasa volando. Y al final del día tienes que estar muy presente y preocuparte nada más por estar felices entre nosotros dos”, recuerda.
Un consejo sencillo pero poderoso, que ella decidió seguir al pie de la letra: “La verdad, sí lo tomé e intenté gozar al máximo cada segundo de toda la noche”.
Un brindis por el amor
Tras el “sí, acepto”, Ale y Nader subieron a la icónica azotea del Four Seasons. Con Madrid a sus pies y el cielo como telón de fondo, alzaron las copas para celebrar el comienzo de su vida juntos. Un momento sereno, cargado de simbolismo, donde la ciudad pareció detenerse para rendirse al amor.
La celebración continuó con una cena íntima para veinte invitados en el salón Canalejas Hall del hotel, ambientado con una estética tropical y rústica que reflejaba la personalidad de la pareja. La mesa imperial fue el corazón del espacio: vajilla pintada a mano llegada desde Portugal, mobiliario de Cashmere y una puesta en escena tan cuidada como espontánea.
"Para enlaces íntimos como fue el caso de la boda de Ale y Nader, se ha elegido una mesa imperial porque permite estar a todos los invitados juntos. En cuanto al textil y el menaje, se ha seleccionado siguiendo las tendencias del momento", nos compartió Sara Herrero, directora de eventos del Four Seasons.
En cuanto al menú, los novios buscaban platos concretos y ligeros donde el sabor fuera el protagonista. Este se sirvió a cargo del equipo de banquetes del hotel, liderado por el chef Javier Quintana, donde se seleccionaron productos pensando en la sostenibilidad y el kilómetro cero, guiados por la calidad y la excelencia como forma de trabajar.
"La novia pidió que configurásemos un menú donde la gastronomía mediterránea fuera la base, pese a sus orígenes mexicanos que estarán más presentes en la segunda celebración, que tendrá lugar en México", nos relató Javier Quintana, chef de banquetes del Four Seasons.
Al caer la noche, Ale dejó atrás su traje nupcial y del mismo vestido se creó un segundo look más relajado, en tonos vibrantes que retomaban la paleta de la decoración. El conjunto, fiel a su estilo con toques de moda edgy, reafirmó su visión de una novia que desafía convenciones y abraza la libertad estilística. Un diseño pensado para moverse con soltura, celebrar sin límites y cerrar la jornada con un espíritu alegre y desenfadado. “La verdad, los mexicanos nos apoderamos de la música y de las bocinas (risas). Metimos pura música latina de boda y la cantamos a todo pulmón. Eduardo, después de cenar, se echó un par de canciones, entre ellas ‘Mátalas’; eso fue icónico”.
Mirando hacia el futuro, viviendo el presente
Tras una ceremonia íntima y una celebración inolvidable, Ale vive un momento de plenitud y claridad. Con una sonrisa serena, comparte su visión como esposa y compañera:
“Espero que siempre se mantenga como ahora, muy felices, siempre con mucho respeto y con pilares importantes en nuestra relación, como la confianza, la alegría y mucha luz. Espero que siempre mantengamos esta amistad por más que llevemos 30 años de casados, que nunca dejemos de estar enamorados”.
Una visión de amor que apuesta por la complicidad como base de todo. En cuanto a formar una familia, lo tiene claro, aunque sin prisas: “Sí, claro, queremos una familia. Es algo de lo que siempre se tiene que hablar y especialmente cuando te estás casando. Pero pues no tenemos prisa y respetamos mucho que todo se dé a su tiempo. Estamos muy ilusionados viviendo el presente y nuestra boda, que todavía falta la de México”.
Con el corazón en México
Aunque la celebración en Madrid fue íntima y profundamente emocional, la historia de Ale y Nader aún tiene mucho por contar. El siguiente capítulo se escribirá en México, con una segunda boda que reunirá tradiciones familiares, gestos simbólicos y una dosis generosa de emoción. Mariachis, votos personalizados y la mantilla heredada de su abuela serán protagonistas de una ceremonia que promete ser tan entrañable como inolvidable.
“La boda en Madrid fue más directa y rápida. En México, todo requiere más planeación, más detalles, más invitados… pero me ilusiona muchísimo”
CRÉDITOS BODA ALE CAPETILLO
Joyas: Rabat
Zapatos: Jimmy Choo
Vestido: Lorena Formoso
Make Up: Sisley
Flores: Floreale
Mobiliario: Cashmere
Papelería (detalle del menú): JDN PAPER
Vestido Ana Pau: Elisabetta Franchi
Locación: Four Seasons Hotel Madrid
Fotos: Virginia Hernandez/Click10
Fotos: Las Genaras
CRÉDITOS ¡HOLA!
Chief Content Officer ¡HOLA! Américas: Nagidmy Márquez Acosta
Deputy Editor ¡HOLA! Américas: Alonso Collantes
Deputy Editor ¡HOLA! US: Andrea Pérez
Directora Editorial Internacional: Isabelle de Courson
Editora de Estilo de Vida ¡HOLA! Américas: Lili Delgado
Editora de Moda, Belleza y Estilo de Vida ¡HOLA! Américas: Chiara Primatesta
Directora de arte: Diana Delgado
Social Media Editor ¡HOLA! Américas: Caterina Zanelli
Video Editor, ¡HOLA! Américas: Daniel Neira
Videos: ¡HOLA! MEDIA
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