En medio de sus éxitos profesionales de años como periodista y conductora del programa televisivo El Gordo y la Flaca, -emisión que ha recibido su estrella en el Paseo de la Fama de Hollywood-, Lili Estefan ha hecho frente a algunas adversidades personales, episodios de los que ha podido salir avante, como ocurrió en 2017, cuando anunció el fin de su matrimonio con Lorenzo Luaces, esto tras 28 años de relación amorosa. Abierta a hacer un balance, la presentadora ha hablado de cómo se encuentra en este momento, mientras asume cada experiencia de su historia de vida con la mayor madurez.
La confesión de Lili
Con la apertura que la caracteriza, Lili se sinceró sobre cómo ha a sumido su presente tras varios años de haberse separado, periodo en el que su familia y su trabajo han sido sus mayores refugios. “Estoy feliz, estoy en una muy buena etapa después de todo lo que pasé por tanto tiempo. Estoy contenta, agradecida, renovada completa…”, confesó en una charla concedida a People en Español, espacio en el que puso en alto el gran momento protagonizado junto a su compañero de programa en el Gordo y la Flaca, Raúl de Molina, con quien develó su estrella en Hollywood, un merecido reconocimiento tras varios años de llevar entretenimiento a los hogares a través de la frecuencia de Univision.
En la íntima charla con la publicación, Lili también habló de lo difícil que fue para ella atravesar por la ruptura, una situación cuyos cambios fueron extremos. Los sentimientos, entonces, se ven transformados en un abrir y cerrar de ojos. “Cuando la vida te da un golpetazo así tan fuerte, te para tan en cero -cosa que tú no esperabas y que trataste de construir toda tu vida: tu familia, tu esposo-, y de un día para otro es una realidad tan inesperada, es una muerte, como un duelo…”, reveló la conductora.
Salió adelante gracias a sus hijos
Lili se ha caracterizado por ser una mujer de firmes decisiones. Su carácter y temple le permitieron enfrentar su realidad para salir adelante motivada por sus hijos, Lina y Lorenzo. Para la presentadora cubana, su historia de vida en ese sentido ha sido similar a aprender a esquiar, según compartió a la publicación. “Cuando aprendí a esquiar estaba arriba en la montaña y miraba el final de la montaña y me daba terror…”, aseguró, para luego explicar que al enfocar su vida en puntos determinados pudo comenzar a dar pasos con objetivos claros.
Para Lili, el trabajo también ha sido una especie de salvación. A pesar de lo vivido, Lili es una mujer con buen sentido del humor y dispuesta a asumir su historia personal de la manera más positiva. Por esa razón, tras haber enfrentado la ruptura, supo muy bien cómo contenerse para lograr avanzar con pasos firmes. “Yo tuve dos cosas que eran en lo único que me enfocaba: mis hijos y el programa”, dijo. Por supuesto, los demás integrantes de su familia estuvieron ahí para darle ánimos, algo que valora y agradece.