Gabriel Soto habla de su lucha y renacimiento personal

Enfrenté una cuestión de salud de la que no había hablado públicamente para no asustar a mi público, productores y compañeros. Siempre he sido una persona muy sana, pero en marzo de 2024 de la nada me enfermé de la garganta y resultó que empecé con la presión alta. A raíz de diagnosticarme como hipertenso, me realizaron algunos estudios para saber de dónde venía el problema y los análisis arrojaron que tenía el nivel de plaquetas al más del triple de lo normal. Las plaquetas son las que dan la viscosidad o el grosor de la sangre y el diagnostico principal de un alta de plaquetas es cáncer: leucemia. 

Aunque la doctora me explicó que era poco probable porque mis otros niveles en la sangre no estaban disparados, dentro de mí existía esa duda. No fue sino hasta después de tres o cuatro meses que me realizaron una punción en la medula ósea que descartaron que fuera leucemia. 

Además, la combinación de plaquetas y presión alta puede ser letal porque estás más propenso a sufrir una trombosis, embolia o infarto. Fueron meses muy complicados en los que caí en una catarsis de emociones muy compleja.

Vives miedo, inseguridad, el no querer ver o hablar con nadie y meterte en ti mismo y por el contario otros días necesitas atención, cariño, apoyo y apapacho. Yo sentí que no lo tuve y eso me llevo a tomar decisiones abruptas, equivocadas y me cegó ante la vida. Fue difícil sobrellevar y asimilar lo que me estaba pasando. Entras en cuestionamientos como: ¿por qué a mí? Incluso mis doctoras -internista, hematóloga y nefróloga- no saben a ciencia cierta porque sucedió, pero creo que todas las enfermedades que como seres humanos desarrollamos se derivan de una cuestión emocional.

Yo creo que tenía que trabajar en romper patrones destructivos, para ser una persona más consciente y paciente hasta cierto punto. Fue una catarsis, pasa en ciertas etapas del ser humano y esta fue la mía. Fue un momento de cambios, dificultades, retos, errores, pero repito mi mente no estaba bien y clara sino llena de preocupaciones, miedo, incertidumbre e inseguridades y sentirme físicamente mal y eso me llevo a tomar acciones equivocadas y cometer errores. Finalmente, en la vida no hay una edad para dejar de aprender, todos los días uno se convierte en una mejor persona a raíz de los errores y aciertos, del sufrimiento y las alegrías de la vida.

Caí en una depresión, que primero me afecto a mí y en segundo lugar, a mis hijas que me vieron en esta situación de vulnerabilidad y circunstancias de angustia e incertidumbre y en tercer lugar con mi expareja, porque sin duda alguna tomé muchas decisiones y caminos a raíz del impulso, la incertidumbre y el miedo, muchos sentimientos negativos.

En 2024 no hice novela, sin embargo, tuve una temporada de teatro y había días en los que me sentía muy mal al punto de creer que me iba a desmayar en el escenario. Sentía que los oídos y la cabeza me explotaban y ya no podía tomar más medicamento porque la presión no cedía. Dejé de hacer ejercicio y de boxear, que es una de las cosas que más me apasiona hacer. Derivado de este diagnostico y del miedo y la incertidumbre de un probable cáncer… me perdí, pero afortunadamente ya estoy de regreso. Vi la luz al final del camino, estoy completamente recuperado y motivado. El hecho de que mis medicas me dijeran que estoy bien me motiva a seguir viviendo y luchando por encontrar paz, armonía, felicidad, amor y vibrar en una frecuencia de conciencia elevada donde trato de ver la vida desde otra perspectiva que es la compasión, el agradecimiento y las bendiciones que nos brinda Dios

Sí, lo sabían y cada vez que estuve en el hospital fueron a verme. Elissa que es la mayor siempre estuvo y se mantuvo muy positiva y dándome palabras de aliento. Miranda, la pequeña también lo supo. Evidentemente tenía que decírselos porque fueron cuatro meses desde el diagnostico de las plaquetas y la presión hasta la punción en la médula ósea y luego de esto tardaron un mes más en darme el resultado que afortunadamente fue negativo

Fueron épocas muy difíciles, de mucha tristeza y una depresión que a veces no quería ni levantarme de la cama, pero mis hijas siempre estuvieron a mi lado, preocupadas por mí y dándome palabras de ánimo. Mi papá y su esposa, que es como otra madre para mí, porque yo perdí a mi mamá a los nueve años y ella estuvo cada vez que me internaban en el hospital. Dos de mis primos cercanos también estuvieron al pendiente de mí. Todos ellos fueron mi soporte y mi motivación para salir adelante.

Todo lo haría diferente, el miedo te ciega, te obstruye la visión de muchas cosas y la depresión también es una cuestión compleja. Afortunadamente ya estoy bien, aunque continúo con terapias de todo tipo: psicológicas, holísticas, espirituales, meditación, retiros, constelaciones, todo lo que sea para salir de ese hoyo en el que me vi hundido

Sin duda alguna, creo que pude haber manejado las cosas de una manera distinta, sin embargo, sentí que vibrábamos en mundo diferentes. Yo estaba en medio de una enfermedad grave que requería apoyo, atención cariño y apapacho y ella estaba brillando, estaba plena en novela y empezando aventurera. Eran mundos distintos y eso fue lo que me llevo a tomar decisiones equivocadas con las que lastime a mucha gente incluido a mí mismo. Quizá si no hubiera estado pasando todo lo que había alrededor de mi vida y de la suya, las cosas hoy en día serían diferentes, pero no fue así y simplemente toca aprender, salir adelante y aceptar las cosas con madurez, equilibrio y consciencia.

Tenemos aún un par de negocios en común. Tengo un tiempo de no hablar con ella, pero le deseo siempre lo mejor. Espero que encuentre la felicidad.

Somos figuras públicas y ese tipo de cosas se guardan en privado, pero también pasamos por momentos duros, enfermedades, depresión, miedos y todo eso que vivimos todos como seres humanos. Aprovecho esta ventana para ofrecer disculpas a las personas que se sintieron decepcionadas por mis acciones. Aprendí que la paz mental es la cosa más importante que uno puede tener como ser humano. Lamento los errores que cometí, pero se aprende de ellos y hay que seguir adelante.

La vida es un aprendizaje y todas esas experiencias me ayudaron a crecer. Después de una crisis de esa magnitud, de sentir el miedo de estar enfermo y caer en una depresión tan fuerte…te reconstruyes.

Sí, sobre todo empecé por recuperarme a mí mismo, mi salud, mi motivación, mis ganas de salir adelante, de vivir, trabajar, de ser mejor persona y mejor papá. Seguir creciendo, madurando y vibrando en una frecuencia de amor, consciencia, compasión, comprensión, entendimiento, fuerza y salud. 

Sí, es cerrar el capítulo y no solo pasar la hoja sino el libro completo. En esta nueva etapa de mi vida me siento mejor que nunca. Después de haber estado en el inframundo y tirado en una completa y absoluta depresión no hay otra opción más que ir para arriba. Estoy en uno de los mejores momentos de la vida porque así es el yin yang; una vez que tocas fondo el único camino es para arriba.

Estoy trabajando en mí y vienen cosas muy buenas este año. No solo lo empiezo con la buena noticia de que estoy bien de salud, sino con un proyecto con el que regreso a la televisión después de un año y medio de no hacer novelas así que cuando hay salud y trabajo. Hay un panorama lleno de luz y esperanza. Tengo más de 25 años de carrera y me ubican mucho como un personaje de las telenovelas que se exportan a más de 120 países en todo el mundo. Lo que hacemos en México es de admirarse y tener la fortuna de ser uno de los protagonistas de Televisa es un gran orgullo y por supuesto una gran responsabilidad para llevar al público estas emociones que los hagan reír, llorar y conmoverse. 

La telenovela se llama Monteverde y compartiré créditos con África Zavala. Estoy muy emocionado de regresar a la tv ahora que estoy más conectado que nunca con lo que yo llamo el triángulo de la vida: mente cuerpo y espíritu.

Celebrando la vida todos los días.