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A cinco años del fatídico deceso de Naya Rivera, Ryan Dorsey, exmarido de Naya, ha roto el silencio por primera vez, revelando cuál es su sentir sobre la tragedia y cómo ha sido para su hijo, el pequeño hijo Josey. El niño, quien entonces tenía cuatro años, fue testigo de los últimos minutos de vida de su madre y ese es un recuerdo que lo atormenta todos los días, de acuerdo con Dorsey. Recientemente, el actor estadounidense compartió en su primera entrevista tras el deceso de su exesposa, cómo han sido los últimos años para él y su hijo, revelando que Josey no lograr superar la tragedia.
© @nayariveraDe acuerdo con Ryan, Josey, de nueve años, vive con la culpa de no haber sido capaz de ayudar a su mamá, mientras la miraba perderse en las profundidades del Lago Piru. "Algo que ha dicho una y otra vez es que estaba tratando de encontrar un bote salvavidas y que había una cuerda, pero había una araña grande en la cuerda y él tenía demasiado miedo de tirarla", dijo Dorsey a la publicación anteriormente citada. "Yo le digo una y otra vez: 'Amigo, esa cuerda no iba a ser lo suficientemente larga'".
© @dorseyryanNaya perdió la vida el 8 de julio, cuando se ahogó, mientras nadaba con su hijo en el Lago Piru, en Ventura County, California. Madre e hijo alquilaron un pequeño bote y se internaron en el lago.
De acuerdo con la recreación de los hechos, se dice que después de nadar un rato, la estrella de Glee se dio cuenta de que el barco estaba a la deriva.
© @nayariveraDorsey dice que su hijo, quien tenía tan solo cuatro años en ese momento, también recuerda que hacía viento ese día y que le preocupaba meterse al agua, pero su madre le dijo: "¡No seas tonto!".
Al ver que el barco se alejaba, Naya se dio cuenta que estaban en peligro y le dijo a Josey que nadara de regreso a la embarcación. El niño recuerda haber agarrado "los tanques" y haber tirado de ellos "alrededor del bote", dice Dorsey. El informe del incidente sugiere que Naya se ahogó después de cansarse para poder llevar a Josey de regreso hasta el bote.
© l Seib / Los Angeles Times via Getty Images"Él mencionó que lo último que ella dijo fue su nombre, y luego ella se hundió y él no la volvió a ver", indicó Dorsey. "Me estremece que él haya tenido que presenciar sus últimos momentos".
© @dorseyryanAunque se separaron dos años antes, en 2018, Dorsey mantenía una relación de cordialidad con Naya, pues compartían al pequeño Josey. En esa misma entrevista rememoró cómo fue que se enteró de la desaparición de la madre de su hijo. Fue a través de una llamada del marido de la madre de Naya, la señora Yolanda. En ese momento, él estaba en un supermercado, en Ralph's en Big Bear Lake, California, comprando comida para la barbacoa de cumpleaños de un amigo. "Me desplomé sobre un entarimado de bebidas", recuerda Dorsey. "Temí lo peor".
De inmediato, dejó todo lo que estaba haciendo y se dirigió al Lago Piru. "Conduje a más de 100 km/h todo el camino con las luces de emergencia encendidas, fumando un cigarrillo tras otro (y ni siquiera fumo, en realidad) y llorando", compartió. "Solo quería llegar hasta Josey".
© Getty ImagesEl pequeño fue hallado dormido en la pequeña embarcación a la deriva que Rivera había alquilado tres horas antes ese día. "Si hubiéramos perdido a Naya y a Josey, no sé cómo habría seguido con mi vida. No sé qué habría hecho, pero estoy seguro de que no habría sido bueno".
Después de cinco días de intensa búsqueda, el cuerpo de Naya Rivera fue hallado el 13 de julio, en una parte remota de lago. "Cuando sucedió, me quedé sacudiendo la cabeza y pensando: 'No puedo creer que se haya ido'", contó Dorsey. "Todavía es tan surrealista todos los días".
© @nayariveraUna nueva vida en West Virginia
Mientras padre e hijo hacían frente a la pérdida de Naya, Ryan tomó la decisión de mudarse y dejar Los Ángeles. Desde hace dos años, residen en West Virginia, y aunque poco a poco han ido creando buenos recuerdos y curando la herida por la ausencia de Naya, Ryan admite que las fechas especiales, como las Navidades, son especialmente duras.
"Hicimos este libro de recuerdos para Josey que está junto a su cama, y durante las vacaciones lloraba mirándolo", dice Dorsey. "Solo puedes darle un abrazo y decirle: 'Lo sé, la vida no es justa. Suceden cosas malas y no hay ninguna razón para ello, y solo tienes que hacer lo mejor que puedas para ser una buena persona'".
