Tiger Woods no pasa por un buen momento en su vida personal y para hablar abiertamente de sus sentimientos, ha recurrido a sus redes sociales, en donde compartió el lamentable fallecimiento de su mamá, Kultida Woods, a los 78 años. El golfista profesional tomó el lugar de líder de familia para hablar en nombre de los suyos, incluyendo a sus hijos, a quienes tuvo con su exesposa Elin Nordegren.
"Con profunda tristeza quiero compartir que mi querida madre, Kultida Woods, falleció esta mañana", expresó este martes 4 de febrero. En honor a su madre, continuó: "Mi mamá era una fuerza de la naturaleza propia, su espíritu era simplemente innegable. Ella era rápida con la aguja y se reía. Era mi mayor admiradora, mi mayor apoyo, sin ella ninguno de mis logros personales habría sido posible".
Este golpe tan duro no sólo impacta a Tiger, sino también a su hija Sam, de 17 años, y su hijo Charlie, de 15; quienes eran bastante cercanos a ella. "Muchos la amaban, pero especialmente sus dos nietos, Sam y Charlie. Gracias a todos por su apoyo. Pido oraciones y privacidad en este momento difícil para mí y mi familia", agrega.
"Te amo mamá", concluyó con ternura, finalizando su homenaje con una fotografía de ella. Tiger es el único hijo que el difunto oficial de infantería del ejército estadounidense Earl tuvo con Kultida Woods, esta última conocida cariñosamente como "Tida".
El orgullo de una madre
Kultida era muy unida a su hijo, siempre orgullosa de verlo triunfar, lo acompañó a múltiples eventos deportivos a lo largo de los años, reflejando su orgullo cada vez que ganaba un torneo. Recientemente, cuando fue honrado con el Premio Bob Jones en 2024, el honor de golf más alto del país, rindió homenaje a su madre durante el discurso, quien estaba entre la audiencia con sus hijos.
"Mi mamá no recibe suficiente crédito", dijo con cariño, hablándole directamente. "Todos pensaban que mi apoyo era mi papá cuando salía de gira, y lo era, pero mamá estaba en casa. Si no lo saben, mi mamá ha estado ahí toda mi vida", dijo mientras recordaba los torneos juveniles a los que su mamá lo llevaba.
"Miro hacia atrás, al cronómetro que comenzó en 1990, y especialmente en 1996, porque no hay otro momento en el que haya sentido tanta presión para ganar un evento como el último U.S. Amateur en el que iba a jugar, y la razón es que mamá nunca vino a ver ninguno de mis Juniors", continuó.
"Mamá nunca vino a uno de mis Amateurs. Llevó su camiseta de Stanford en Pumpkin Ridge, y estuvo ahí por primera vez. Ahora imagina si hubiera perdido... Pero cuando hice ese putt ganador, ¿quién fue la primera persona a la que abracé? Así es, mami, fuiste tú". Y concluyó: "Acepto este premio con humildad y con un respeto increíble por los ganadores anteriores, pero también lo acepto por mi mamá. Ella me permitió llegar hasta aquí. Me permitió hacer estas cosas, perseguir mis sueños con apoyo y amor. No hice esto solo. Tenía la mayor fortaleza que cualquier niño podría tener: mi mamá. Gracias, mami".