Uno de los momentos de más alegría para Gal Gadot y su esposo, Jxaron Varsano, por poco se convierte en una verdadera tragedia. Así lo ha revelado la actriz de 39 años, quien se sinceró a través de sus publicaciones en Instagram para compartir la complicación que sufrió durante su cuarto embarazo. Y es que, en un recuento de las experiencias que vivió este año, confesó que su vida estuvo en peligro por un coágulo cerebral poco antes de recibir a su hija, Ori.
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"Este año ha sido uno de profundos desafíos y reflexiones profundas, y he luchado con cómo, o incluso si, compartir una historia personal", expresó junto a una fotografía momentos después del nacimiento de Ori, a quien sujeta entre sus brazos aún en la cama del hospital.
A pesar de sus dudas, continuó: "Al final, decidí dejar que mi corazón me guiara. Quizás esta sea mi forma de procesar todo, de correr el telón sobre la frágil realidad detrás de los momentos seleccionados que compartimos en las redes sociales. Sobre todo, espero que al compartir pueda crear conciencia y apoyar a otras personas que puedan enfrentar algo similar".
Y agregó: "En febrero, durante mi octavo mes de embarazo, me diagnosticaron un coágulo de sangre masivo en el cerebro. Durante semanas, había soportado dolores de cabeza insoportables que me obligaban a guardar cama, hasta que finalmente me sometí a una resonancia magnética que reveló la aterradora verdad. En un momento, mi familia y yo nos enfrentamos a lo frágil que puede ser la vida. Fue un duro recordatorio de lo rápido que todo puede cambiar y, en medio de un año difícil, todo lo que quería era aguantar y vivir".
La confesión de la originaria de Israel tomó a todos por sorpresa, mientras continuaron leyendo su relato: "Corrimos al hospital y, en cuestión de horas, me sometieron a una cirugía de emergencia. Mi hija Ori nació en ese momento de incertidumbre y miedo. Su nombre, que significa "mi luz", no fue elegido por casualidad. Antes de la cirugía, le dije a Jaron que cuando llegara nuestra hija, ella sería la luz esperándome al final de este túnel".
Por fortuna, la pronta respuestas de su equipo médico logró lo que parecía imposible, con la actriz recuperándose al mismo tiempo que veía a su hija a los ojos llena de agradecimiento. Un momento que ha quedado en la historia de su familia y que, aunque la feliz mamá se ha recuperado por completo físicamente, aún lleva esa experiencia en la mente y el corazón.
Una experiencia llena de enseñanzas
Gal, haciendo no sólo un balance de su 2024, sino también de las enseñanzas que le dejó esta experiencia, agregó: "El viaje me ha enseñado mucho. Primero, es vital escuchar a nuestro cuerpo y confiar en lo que nos dice. El dolor, la incomodidad o incluso los cambios sutiles a menudo tienen un significado más profundo, y estar en sintonía con su cuerpo puede salvarle la vida". Gal añadió: "En segundo lugar, la conciencia importa. No tenía idea de que a tres de cada cien mil mujeres embarazadas de más de 30 años se les diagnostica TVC (desarrollan un coágulo de sangre en el cerebro)".
Esperanzada en crear conciencia sobre esta condición que puede suceder durante el embarazo, concluyó: "Es muy importante identificarlo temprano porque es tratable. Si bien es poco común, es una posibilidad, y saber que existe es el primer paso para abordarla. Compartir esto no pretende asustar a nadie sino empoderar. Si al menos una persona se siente obligada a tomar medidas por su salud debido a esta historia, habrá valido la pena compartirla".
Hoy, Gal, Yaron y sus cuatro hijas están sanas y felices en casa, disfrutando del cierre de este año y del incomparable bullicio que decora con alegría cada día en su hogar.