Dos décadas atrás, en una de las épocas más prolíficas para Lucero, -figura reconocida del teatro, la televisión y los medios de comunicación-, la intérprete enfrentó uno de los episodios más polémicos de su carrera. Eran las 100 representaciones de la obra musical que protagonizaba, Regina, para la cual se llevó a cabo un evento con la prensa, que concluyó de manera abrupta tras el repentino comportamiento del guardaespaldas que acompañaba a la estrella. Sincera como suele ser, Lucero relató en entrevista con Yordi Rosado cómo vivió ese suceso, descrito por ella misma como un desastre, el cual implicó severas repercusiones mediáticas por las que tuvo que rendir una disculpa pública.
¿Qué ocurrió ese polémico día?
Abierta a compartir detalles de ese momento de su pasado, Lucero recordó cómo se dio su reunión con los medios de comunicación en un teatro de la ciudad de México en el año 2003, un encuentro fallido marcado por la desorganización, el caos y el amago de su guarura quien, pistola en mano, buscó poner orden. “En aquel tiempo la prensa no estaba como muy organizada, y en el evento de las 100 representaciones como que iban a subir al escenario para entrevistarnos ahí… entonces a mí un compadre mío muy querido un día me comentó: ‘Lucero, estás yendo sola al teatro, ¿vas todos los fines de semana?, quiero sugerirte que una persona que trabaja para mí, que se dedica a cuidar, de seguridad, que te acompañe…’, me pareció una buena sugerencia…”, recordó.
Lucero nunca imaginó que la persona encargada de su seguridad detonaría uno de los sucesos mediáticos más polémicos de esa época. Nunca los periodistas de espectáculos habían sido confrontados al interior de un teatro de esa manera, y las imágenes del guardaespaldas pistola en mano se repetían en todo momento en cada espacio informativo de la prensa mexicana. “Yo creo que él perdió un poco la tranquilidad o la calma que él solía tener porque él se dedicaba a cuidar a una familia, y él vino conmigo al teatro, no sabía mucho del movimiento artístico, ni de los periodistas, reporteros ni nada y entonces él empezó a sentir que tal vez estaba muy amenazado lo que él tenía que cuidar, que era mi seguridad, mi espacio en el escenario…”, afirmó. “Todo se dio mal, él sintió que su arma que él tenía en ese momento en la cintura… alguien la movía o la tocaba, atinó a agarrar su arma como para cuidarla y él sin quitarle el seguro si quiera, en ningún momento pensó en usar el arma…”.
Lucero recuerda el impacto mediático
Con total claridad, Lucero recordó cómo tras abandonar el recinto su realidad cambió en el transcurso de unas horas, cuando a la mañana siguiente estalló el escándalo. “A la mañana siguiente yo prendo la tele, creo que mi mamá me marcó… yo ya estaba casada, José Manuel ya existía… prendo la tele y dije: ‘No, qué está pasando’, sí me súper saqué de onda, jamás lo hubiera permitido ni fomentado, como que no alcanzas a dimensionar… este cuate la regó…”, expresó la intérprete. “La imagen dio vuelta dos semanas en televisión abierta, en todos los programas, todos los días, todo el tiempo… Regresa Joaquín López Dóriga de sus vacaciones, después de dos semanas de que había sucedido esto, y toma el caso y lo presenta en el noticiero de la noche en una nota que duró 18 minutos sin corte a comercial…”.
La disculpa pública de Lucero
Tras la ola de señalamientos y de críticas por lo sucedido, Lucero tomó la decisión de rendir una disculpa pública, y lo hizo en el espacio de Joaquín López Dóriga, inmersa en los nervios, la intranquilidad y la incertidumbre. “A partir de eso dije: ‘Esto ya es un desastre’, hablé con nuestros amigos en Televisa y les pedí que me dieran un espacio con Joaquín y que me sugirieran también qué hacemos… Ese día que iba a ir con Joaquín estaba muy nerviosa porque yo decía: ‘Tengo que cuidar mucho lo que vaya a decir, tengo que ofrecer una disculpa a quienes se hayan visto ofendidos y no estar defendiendo lo indefendible’, que fue en lo que yo me equivoqué. “Creo que ahí se calman las aguas… No me llegué a deprimir o a entristecer gravemente, la verdad es que entendí que era un proceso…”.