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Orgullosa de sus logros, Mía Rubín tiene claridad sobre lo que ha implicado su incursión en el medio del espectáculo. Al ser hija de Erik Rubín y Andrea Legarreta, de alguna manera ha tenido el privilegio de crecer rodeada de sus consejos y su guía. Sin embargo, reconoce que enfrentarse por sí misma a la realidad y a las consecuencias inherentes a la fama no ha sido sencillo. A la par de que crece su exposición gracias a la música, ahora con el reciente lanzamiento de su EP titulado Nunca Más, así como con su participación en el reciente programa de televisión Juego de Voces, Mía ha aprendido a enfrentar las críticas hacia su persona, aunque admite que en ocasiones no ha sido fácil asumir esa situación.
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Mía, agradecida con su madre
A pesar de que hoy es capaz de abrirse paso en el medio convertida en figura pública, Mía recuerda que, en el pasado, su madre se encargó de brindarles a ella y a su hermana un entorno de armonía. “Mi mamá siempre nos pintó un mundo perfecto, de color de rosa y vivíamos como en una pequeña burbuja de perfección, y al final obviamente uno se va dando cuenta a medida que va creciendo que no es así…”, reveló en una charla concedida al programa televisivo De Primera Mano. “Siempre fue una mamá que estaba consciente del poder del medio, y también lo que puede llegar a causar. Siempre nos protegió mucho, pero hubo un punto en donde ya, una donde teniendo redes sociales, estando en el medio, ya no se salva…”, explicó.
Mía sabe muy bien que con el paso de los años y su posición de figura pública su panorama se percibe distinto, aunque le da el debido crédito a sus padres por haberla preparado para ello. “Ahora estoy expuesta a todo tipo de público y a más personas opinando de mi vida personal, de mi desenvolvimiento escénico, de absolutamente todo y claro, esa burbuja se rompe. Tengo unas bases muy sólidas y estoy agradecida de tener a papás que me han preparado para esto, y que me han inculcado sus valores y su manera de relacionarse con el mundo…”, aseguró.
Fuerte y vulnerable ante las críticas
Mientras Mía logra construir una carrera sobre los escenarios, la joven está consciente de que las críticas y los señalamientos son parte del día a día en la vida de cualquier figura pública. Pero más allá de eso, reconoce, está presente esa parte humana que en instantes trae de frente lo complicado que puede ser estar expuesto en todo momento. “No te puedo decir que de la noche a la mañana no te afectan ciertas cosas. Hay momentos donde me siento más vulnerable o sensibles que otros y obviamente pegan…”, explicó en la charla.
En otro instante de la reveladora plática, Mía reconoció que sus padres se han convertido en su ejemplo, aunque hoy sabe muy bien que debe forjar un camino propio tomando las cosas con calma y permitiéndose vivir el proceso con sus altas y bajas. “Yo veo la vara alta y me pongo esas expectativas porque es lo que yo también quiero, pero es un arma de doble filo definitivamente, porque soy super perfeccionista y luego eso me puede llevar a mis límites y hasta autosabotear de tanta perfección que estoy buscando…”, dijo.