Adria Arjona y Jason Momoa causaron revuelo días atrás cuando, a través de sus publicaciones en Instagram, gritaban su amor al mundo entero. Con las fotos en las que los dos aparecen como cómplices en este nuevo romance, la hija de Ricardo Arjona y el actor de Aquaman hacían oficial su relación, tomando por sorpresa a más de uno.
© GrosbyGroupTras el anuncio, Adria reapareció por primera vez en público, dejándose ver en el aeropuerto de Los Ángeles, en donde se disponía a viajar en solitario.
Vestida con pantalón, blusa y zapatos chunky negros, la actriz de 32 años intentó pasar desapercibida con una gabardina café, además de gorra negra y gafas obscuras. Sin embargo, su presencia llamó la atención desde el primer momento.
© GrosbyGroupLa originaria de Puerto Rico después caminó por el aeropuerto lista para dirigirse a la sala de espera. Durante este recorrido en el que fue captada por los paparazzi, Adria se mostró sonriente con la gente que la saludaba e, incluso, se quitó los lentes para dejar ver su cara por completo.
Su lugar de destino era desconocido, pero la actriz, famosa por su interpretación en cintas como Morbius y Father of the Bride, se mostraba de lo más tranquila, sin prisas por abordar.
La sorpresa de su relación
El 20 de mayo, Jason Momoa publicaba más que los recuerdos de su reciente viaje a Japón, pues también compartió algunas fotos junto a Adria, encendiendo las alertas de romance, en especial porque lo hacía meses después de su divorcio de Lisa Bonet. En las imágenes, el actor de Hollywood abraza con cariño a Adria, quien sonríe para la cámara.
© @@prideofgypsies“Estamos muy agradecidos con todos los que nos abrieron sus hogares, creando recuerdos con nuevos y viejos amigos, compartiendo otra increíble aventura con mi amor. ON THE ROAM motocicletas y caos”, escribió Momoa en su publicación, para dejar claro que entre él y Adria lo que existe va más allá de una amistad.
Jason publicó un par de fotos más junto a la también hija de la ex Miss Puerto Rico Leslie Torres, en las que se aprecia la buena química entre ambos. En especial, una postal de los dos sentados frente al mar, tomados del brazo y sonriendo mientras el viento juega con las melenas rizadas de los dos.
