De tal palo, tal astilla: Kika Edgar y María José

Estoy contenta con el trabajo que he realizado como mamá. Ha sido un camino difícil pero también muy satisfactorio.

Tener paciencia y aprender de mis propios límites como persona y como mamá. Estoy feliz porque creo que los obstáculos que se me han presentado he logrado sortearlos de manera inteligente y positiva.

Ver que mi hija es feliz, que se está realizando y que está buscando un camino; saber que está cumpliendo sus sueños desde muy jovencita. Me siento muy orgullosa de la niña que va rumbo a convertirse en una gran mujer.

Nos volvemos superhéroes y todopoderosas. Nos convertimos en personas protectoras. Yo lo veía con mi madre, que era mi veleta; y ahora yo lo soy para una hija que tiene la seguridad de ir de mi mano guiándola.

Siempre voy a protegerla, pero soy una mamá que acompaña sus decisiones. Respeto su forma de pensar y sus planes a futuro y sus gustos. A ella le encantan los idiomas, habla cinco; además, toma clases de música, solfeo y canto. A mí solo me toca apoyarla y guiarla en esta toma de decisiones.

¡Sí, claro! Las madres tenemos este don de ser muy certeras. Es parte del crecimiento y la madurez que te dan los años.

En el carácter, en sus ademanes; además es una joven muy entregada y enfocada. En lo que no nos parecemos es en la puntualidad. Cuando yo tenía su edad era muy apasionada, muy incendiaria; ella es mucho más pensante y elocuente con sus discursos.

Sí, nos parecemos en el carácter. Ambas somos muy exigentes en cuanto a nuestro trabajo. Lo que nos diferencia… mi mamá es un poquito más dura.

Toma mis zapatos, mis bolsas y cierto tipo de ropa que le queda. Es maravilloso que podamos compartir nuestros gustos por la moda.

Sus joyas. Le veo muchísimos anillos y collares que me encantan, pero no los agarro.

La música es una de mis grandes pasiones, así que me encantaría estudiar en Londres o en Estados Unidos, en Berklee, y hacer mis propias canciones

En mí siempre va a encontrar a una gran aliada y todo mi apoyo para emprender este camino que va a tener que transitar sola, pero en el que voy a permanecer a su lado.

Fue cuando estaba en ‘Mentiras’. Al final siempre había muchísimas personas que se querían tomar fotos con ella, y yo tenía que esperarla. Entonces, entendí que la gente la quería mucho.

Como artista, la forma en la que interpreta: ella no falla en transmitir las emociones y te hace conectar. Como mamá, admiro mucho su dedicación.

Generalmente lo pasamos en familia, en casa, comiendo algo rico que cocina mi marido que, además de un excelente productor y músico, es un gran chef. Así que siempre tengo una deliciosa comida cuando él se mete en la cocina.

Me gusta, pero no tengo mucho tiempo. En ocasiones especiales preparo algunas recetas del norte; mariscos, “brisket”, pozole y hasta tamales.

Puede parecer algo simple, pero no lo es: el puré de papa. Lo he comido en todo tipo de restaurantes, pero jamás uno como el de mi mamá.

Irnos a un ‘spa’ y hacernos faciales para consentirnos. También nos gusta el ‘shopping’ o ir a comer a alguno de nuestros restaurantes favoritos. Compartir momentos y poder platicar es básicamente lo que me gusta hacer con ella.

Que la quiero y que para mí siempre ha sido un orgullo ser su hija. Que a pesar de las diferencias en una relación madre e hija, siempre hemos estado ahí amándonos mutuamente.

La verdad, no estamos tan acostumbradas. Quizá esta sea nuestra tercera vez, pero lo disfrutamos bastante. Es un momento de conexión muy bonito.

Mi madre me decía que siempre necesitaba tener una visión de mí y un panorama claro de hacia dónde me dirigía. Y ahora yo se lo repito a Majo.

El amor y el respeto que le tengo a mi carrera son fundamentales. Mi objetivo es el arte a través de la música y la creación de personajes. Siempre estoy en constante aprendizaje e intento salir adelante en todos los ámbitos haciendo cosas que me retan y me hacen lo más auténtica posible.