Es un gran día para Francisca, quien después de tres meses lejos de los foros de Univision, regresa al set de Despierta América, de donde se despidió en febrero pasado para recibir a su segundo bebé, Franco Raffaele. Emocionada por este regreso, la ex Nuestra Belleza Latina llegó junto a sus compañeros con una gran sonrisa, aunque no pudo evitar sentirse nostálgica por no estar cerca de sus pequeños.
“Los gorditos están lindos, tengo que decir eso porque son mis hijos, están preciosos”, comentó a su llegada a ‘la casita más feliz de la televisión’, que este retrojueves estuvo lleno de una vibra ochentera. Fue al pensar en su hijo Gennaro y el pequeño Franco, que la ex Nuestra Belleza Latina confesó cómo se siente por volver a su rutina laboral después de convertirse en mamá por segunda ocasión.
“Tengo el corazón arrugadito por dejarlos, pensé que iba a ser más fácil por la experiencia”, explicó a sus compañeros del show así como al público que la veía desde casa. Francisca, tranquila por cómo dejó las cosas en su hogar, reveló que su mamá, doña Divina Montero, se encuentra ahí para ayudarla con los niños, y es que no hay mejor persona en la que podría confiar.
Haciendo un balance de todo lo que sucedió en su vida personal durante su ausencia, ‘Fran’ aseguró estar contenta de regresar. “Ya soy mamá de dos ¡oficialmente una señora!”, dijo entre risas. Y es que además de la hermosa familia que formó con su esposo, Francesco Zampogna, la presentadora se siente dichosa porque recién celebró su cumpleaños 35 con la vida que siempre soñó.
Gennaro y Franco, la alegría del hogar de Francisca
Además de convertirse en mamá y dar una vuelta más al sol, Francisca celebró el segundo aniversario de su boda religiosa. Y, por si fuera poco, vivió un importante momento familiar al mudarse de la casa en la que había sido su hogar durante los últimos años. La pareja tuvo que apresurar los planes de mudanza pues encontraron un comprador de su casa que no querían dejar escapar, lo que los obligó a alojarse temporalmente en otro sitio mientras su nueva propiedad queda lista para poderla habitar.
Mientras llega ese gran día, la originaria de República Dominicana se enfoca en su nueva rutina con dos pequeños en casa que llenan el lugar con risas y ocurrencias. Gennaro, por ser el mayor, ya se encuentra en clases de tenis, un deporte en el que ha encontrado mucha diversión. Franco, el recién nacido, aún requiere de toda la atención de mamá y papá, una linda rutina que Francisca disfruta al máximo y que no cambiaría por nada.