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ximena duque© Ximena Duque

Ximena Duque y su esposo Jay Adkins tuvieron la oportunidad de conocer uno de sus destinos soñados: Turquía. La pareja hizo las maletas y viajó al país, que se encuentra entre Europa y Asia, rico en tradiciones, cultura e historia. En esta aventura, en la que se embarcaron sin las niñas, Ximena y Jay reforzaron su lazo como esposos, además de que l

Ximena Duque nos habla del ‘viaje de sus sueños’ en Turquía, lugar en el que venció sus miedos


Abril 10, 2024 4:35 PM EDT

Ximena Duque y su esposo Jay Adkins tuvieron la oportunidad de conocer uno de sus destinos soñados: Turquía. La pareja hizo las maletas y viajó al país, que se encuentra entre Europa y Asia, rico en tradiciones, cultura e historia. En esta aventura, en la que se embarcaron sin las niñas, Ximena y Jay reforzaron su lazo como esposos, además de que la empresaria enfrentó sus miedos y regresó renovada y orgullosa de sí misma.

En entrevista con HOLA! AMÉRICAS, Ximena nos habló acerca de esta espectacular travesía por este fascinante país, en el que tuvo la oportunidad de conocer Estambul, una de las ciudades más importantes, además de contemplar desde las alturas el rocoso paisaje de Capadocia, uno de los destinos imperdibles entre los turistas de corazón aventurero.

La pasamos increíble. Yo le decía a mi esposo: ‘Este es como el viaje de mis sueños’. Fue maravilloso, algo muy, muy especial, la verdad”, nos contó Ximena.

La también actriz nos reveló que Turquía estaba en su lista de destinos soñados y que fue un viaje inolvidable. “Yo veía por lo menos fotos de Capadocia y yo decía: ‘Quiero ir’. Veía los globos y decía: ‘Yo quiero ir, no me voy a montar jamás, pero quiero ir’. Y que, ¿qué te digo? No solamente fui, sino que también me monté en los globos (risas). Así que sí, definitivamente estaba en nuestra lista. Estambul estaba en nuestra lista también, porque es una ciudad increíble. ¡Ya puedo hacer el check mark en mi bucket list!”.

ximena duque© Ximena Duque

Ximena Duque

En este viaje, Ximena no solo disfrutó al lado de su marido, sino que enfrentó algunos de sus mayores miedos como volar en globo. La pareja tuvo la oportunidad de volar sobre el valle de Capadocia, una actividad turística que no podían dejar pasar. Por fortuna, el clima les dio esa oportunidad y pudieron volar sobre el lugar. Para Ximena fue toda una experiencia, pues estaba aterrada por las alturas.

“Me da hasta risa nerviosa de recordarlo”, dijo entre risas. “Fíjate, yo ando en este momento de mi vida como enfrentando mis miedos, porque al final yo pienso que todos los seres humanos tenemos miedos y no nos llevan a ninguna parte. Y una de mis metas con este viaje, cuando íbamos al lugar de donde íbamos a salir en el globo, yo dije: ‘¿Saben qué? Voy a enfrentar este miedo y sé que la satisfacción que voy a sentir va a ser maravillosa’. Y dije: ‘Lo voy a hacer’”.

Aunque estaba decidida, por dentro tenía muchos nervios: “Por supuesto, me temblaban las piernas y para contarte algo muy cómico. O sea, estábamos súper altos, estábamos como a 2,500 pies de altura y ya yo estaba pálida, temblaba. Y entonces, dice el muchacho: ‘No, ahora vamos a ir a 8,000 pies’. Y le dije: ‘No, por favor, ya bájame, ya (risas)’. Y tocar tierra fue la sensación más hermosa ese día. Nos tocó un amanecer divino. Tuvimos mucha suerte”.

ximena duque© Ximena Duque

Ximena Duque

Aprovechando la magia del lugar y los espectaculares paisajes, Ximena se hizo una sesión de fotos con un increíble vestido rojo encendido que realzaba su belleza. “Ese fue otro momento en donde superé otros miedos. Claro, el lugar espectacular. La energía de Capadocia es especialmente tremenda. Es como una energía como que te sientes en paz, te sientes literal en otro planeta en donde no habías sentido esa paz tan maravillosa que hay en ese lugar”.

Para llevar las fotos a otro nivel, en la sesión contó con unos caballos. Eso, nos contó, fue otro de sus más grandes miedos. “Amo los caballos. Se podría decir que después del perro, mi animal favorito, pero estar cerca de él era algo que le tenía mis respetos, le tenía muchísimo respeto”. Pero esas fotos con el caballo no fueron las únicas, pues se hizo unas más con una manada entera de estos corriendo detrás de ella. “Para ser honesta, estaba nerviosa al comienzo. Claro, ya como que la misma paz y la misma energía del caballo, ya te ayuda muchísimo”.

ximena duque© Ximena Duque

Ximena Duque

En la sesión hubo una foto que la puso más que nerviosa, pues los caballos pasaron corriendo a un lado de ella. “Hubo una foto en particular, que es cuando estoy caminando y sueltan a los caballos. El chico me dice: ‘Tú camina, que ellos no te van no van a pasar por encima de ti’. Y yo estaba como: ‘Ay, Dios mío. Y si pasan por encima mío, ¿qué va a pasar?’”.

Apoyándose en las tablas que tiene como actriz, Ximena se metió en su papel, pero estaba realmente ansiosa. “Me puse mi sombrero de actriz, el miedo y sonreí para la cámara y wow, ¡qué foto tan arriesgada!, porque uno tiene sus temores, a lo mejor los caballos se saben su papel, pero uno que nunca lo ha vivido, es como: ‘Ay, Diosito’”.

ximena duque© Ximena Duque

Turquía le dio la respuesta que estaba buscando

Además de vivir al máximo la aventura y de aprender sobre una nueva cultura, Ximena se llevó de Turquía una gran lección que va orientada al proceso que ha estado viviendo en los últimos meses.

“¿Qué me dejó Turquía en mi corazón? Bueno, yo ando, desde hace por lo menos seis meses en esta onda de encontrar lo que para mí tiene sentido. Buscando la respuesta a ¿cómo puedo hacer para vivir una vida plena y feliz? Porque al final para eso vinimos a este mundo”, nos contó.

“Ando en este crecimiento y allá en Capadocia, la habitación que teníamos es una habitación muy especial, no solo por la paz que se sentía, sino también la energía. Nosotros tenemos una rutina, nos levantamos tempranito y leemos una hora. Y cuando estamos durante la tarde, nos sentamos a leer juntos. Y ando viendo estos libros de todo esto, en el rollo de que ando. Y cada vez me acercaba más a esa verdad que he estado buscando, la cual te la puedo resumir en: vinimos a amar, vinimos a ser felices, y ese lugar como que me reafirmó eso. Me acuerdo que me asomé en el balcón, había un amanecer espectacular con mi cafecito, con mi lectura, y simplemente me dejó esa respuesta de: ‘Sí, confía en el proceso, vive, sé feliz, que todo va a estar bien’”.