En medio de la dulce espera de su primer hijo con Matías Novoa, Michelle Renaud habló como nunca sobre uno de los capítulos que marcaron su vida: su divorcio. Como recordarás, la estrella de telenovelas estuvo casada por dos años con Josué Alvarado, el padre de su primer hijo, pero en 2018, ella decidió poner fin a su matrimonio. A más de seis años de eso, la actriz de Quererlo todo indicó que, tras terminar esa relación se sintió liberada, pues para ella su exmarido era una carga física, emocional y económica. Según sus propias declaraciones, el padre de Marcelo, no trabajaba ni la apoyaba en casa, por lo que Michelle se cansó y decidió ‘cortar por lo sano’.
Estas confesiones las realizó en el podcast Conquista tu mundo de Johnny Abraham, Michelle reveló que tras poner fin a su matrimonio de dos años, se sintió libre. “Cuando yo me divorcié, me liberé”, confesó. “(Él) era una carga, era una persona que me quitaba dinero, en cosas físicas era una carga. Mi hijo estaba viviendo cosas que yo no quería que él viviera, estaba teniendo que pagar de más, me estaba endeudando por ocsas que no eran mías, era una carga de la cual yo me liberé”.
Michelle, de 35 años, entró en detalles acerca de los defectos de su expareja: “Era una persona que no trabajaba, que vivía en mi casa y que le encantaba la fiesta por la edad, por lo que sea... Entonces, en lo que yo me estaba partiendo la cara trabajando, viendo como amamantaba a mi hijo entre escena y escena, la otra persona estaba de fiesta”.
La actriz, quien actualmente está casada con Matías Novoa, compartió que tampoco había una admiración hacia su ex. “Sin hacer menos a esta persona, yo creo que si es bien importante admirar a la perosna que uno tiene al lado, y yo no encontraba admiración con la persona que tenía al lado”.
‘Hasta aquí llegué, gracias vete de mi casa’
Hablando de las razones por las que no se separó antes del padre de su hijo, Michelle contó que decidió seguir con él por dos razones principales; la primera, por que su mamá, quien falleció en 2014, lo había conocido y ella atesoraba ese recuerdo de que su madre, antes de morir, los había visto juntos. El segundo motivo era por la idea que ‘Mich’ tenía de que el matrimonio es sacrificio y tolerancia de todo.
“Con esta idea de ‘hay que aguantar todo en el matrimonio porque los matrimonios son difíciles y tenemos que hacer que funcione’. Yo aguantaba y aguantaba y yo decía ‘algún día va a madurar, algún día va a cambiar, algún día va a dejar de tomar...’”. Pero ese día nunca llegó y ella decidió seguir su vida sin él. “Y el ‘algún día’ llegó hasta que gracias a Dios fue decirle ‘hasta aquí llegué, gracias vete de mi casa’. Fue muy liberador para mí darme cuenta que yo también tenía ese poder de cuidarme a mí misma, de no permitirme más cosas a mí misma”, confesó a su entrevistador.