Raúl de Molina sorprendió a sus televidentes esta semana cuando, de manera repentina, su buen humor cambió por un tono molesto. Durante una de las emisiones de El Gordo y la Flaca , el presentador no se guardó nada y al momento de estar al aire, sin nada que ocultar, expresó la razón de su disgusto. Según comentó, no le pareció correcto que cortaran la transmisión mientras él estaba a cuadro contando, como es común, una historia sobre su hija Mia para poner una cortinilla y dar paso a otro tema. Todo parecía parte de la dinámica del programa, pues hasta Lili Estefan hizo una seña para que cortaran la toma.
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“Me quitan del aire mientras estoy hablando. Me parece triste que yo, que este show que fue creado para mí y para Lili hace 25 años, y que se trata de lo que nosotros hablamos, que venga un productor que empezó aquí hace tres o cuatro años, que no tiene la menor idea de lo que es El Gordo y la Flaca, y que a una persona que lleva 30 años en el aire le corten en el medio de él estar hablando de algo y se vaya a comerciales”, dijo molesto ante las cámaras.
“Después se quejan de que cómo le va a los programas. De verdad que no entiendo la falta de respeto que dejan que etas personas hagan aquí, porque yo, si fuera un productor, nunca en mi vida se me ocurriría cortar (a alguien) mientras está hablado porque me da la gana poner otra historia”, agregó.
De la tensión a la risa
Su compañera, Lili Estefan, intentó calmar la situación comentando que, por el tono del programa y el cómo se llevan con el staff pudo haber sido “un chiste”, pero Raúl se enojó más y aseguró que todo fue una verdadera falta de respeto. “No, no es como un chiste porque ya lo han hecho muchas veces como un chiste”, expresó.
Finalmente, Raúl dijo: “Si fuera yo el que estuviera a cargo del show, lo quitaba ahora mismo”. Un comentario con el que dejó ver la tensa situación que hay detrás de cámaras del show de entretenimiento de Univision. “Pero qué lástima que no soy. La gente cree que yo soy el dueño, pero no. Lili es la dueña del show”, añadió con una pequeña risa para aligerar el momento, aunque en Lili se notaba aún cierta incomodidad cuando pidió continuar con el programa.