A casi una década de haber firmado el divorcio con el fallecido Fernando del Solar, Ingrid Coronado ha experimentado una transformación interna en todos estos años. Con el final de la relación con el argentino, también llegó la gran responsabilidad de convertirse, de un día para otro, en mamá soltera de tres pequeños quienes son su gran motor. Además del trabajo interno, la conductora ha logrado construir un hogar próspero y seguro para sus hijos, Emiliano, Luciano y Paolo, por quienes se ha hecho fuerte en los momentos de mayor adversidad. Durante una sincera charla en el podcast de Titi y Pedro Prieto, Auténtico, Ingrid se sinceró y habló del proceso que ha venido atravesando en la última década, donde la maternidad ha sido su prioridad.
Mamá de tres
La presentadora admitió que no ha sido fácil asumir la responsabilidad de hacerse cargo de sus tres hijos, pero se considera una mujer sin límites: “He construido una vida que me gusta mucho, me encantan mis mañanas, me encanta el radio, pero también me fascina ver a mis hijos en el pádel. Luego estoy con mi novio que me la paso increíble o creando cosas, porque doy conferencias. Me organizo bien, todo lo que hago me gusta, amo leer, me encantan mis clases de canto, organizo bien mi agenda para poder hacer todo lo que me gusta”, reconoció.
En los últimos años, Ingrid ha aprendido a encontrar el equilibrio en casa: “Yo no estoy casada con los estereotipos que las personas deberíamos de ser, tan es así que soy una mujer que he trabajado toda la vida y que saca adelante a sus hijos sola”. En ese sentido, cuando supo que serían ella y sus hijos, comenzó por lo primero: “Yo he descubierto que, para ser buena madre de mis hijos, tengo que aprender a ser una buena madre de mí, porque muchas veces las mamás priorizamos a nuestros hijos por sobre todas las cosas y no se puede dar lo que no se tiene, si yo no estoy bien, si yo no me cuido, si yo no me doy tiempo, si no soy feliz, no puedo darles calidad a mis hijos, porque finalmente ellos van a replicar lo que vean de mí”, añadió.
El trabajo, su salvación
La presentadora reconoció que, en sus momentos más difíciles, su profesión la salvó en muchos sentidos: “Una vez mi papá me dijo: ‘Mijita tú sigue haciendo lo que sabes hacer’ y yo hice lo que sé hacer, que es trabajar y eso me mantuvo cuerda”. Ingrid reconoció por qué los retos que le presentó la vida tras su divorcio, al final, resultaron una bendición: “Antes yo era una conductora de televisión y ahora tengo la oportunidad de hacer muchas otras cosas, la vida fue generosa conmigo, porque cuando quedó destruida una de mis áreas profesionales, pude construir otras que me llenan, que me gustan, que disfruto y tengo la oportunidad de conectar con muchas más personas, de lo que hacía antes. Siempre las cosas malas, pueden tener cosas muy buenas”.
Un día en la vida de Ingrid
Convertida en una mujer que compagina perfectamente la maternidad con su profesión, Ingrid compartió cómo consigue cumplir con todos sus compromisos en el día: “He descubierto que, si me despierto temprano para hacer rutinas de bienestar, salud y espiritualidad, mi vida es otra. Si me tomo un tiempo previo para estar tranquila y en paz, lo que pasa en el día ya no se acumula. Yo me despierto a las 6, hago yoga, meditación, ejercicio de meditación. Prefiero dormir un poquito menos y dedicarle un tiempo en la mañana, para estar centrada, porque me siento mejor y más descansada que si duermo un poquito más”, comentó Coronado haciendo referencia a la importancia que le da a las primeras horas.