Hay momentos que nos dejan marcados de por vida, sucesos que lo cambian todo en cuestión de segundos y que toma tiempo poder superar. Para Kimberly Dos Ramos ese instante fue el sencillo y repentino fallecimiento de su novio de juventud, Eduardo, quien falleció en un accidente de moto. La actriz de Vivir de Amor, recordó lo complicado que fue para ella superar esa pérdida, y cómo con el apoyo de su familia y la pasión por su trabajo logró salir adelante.
“Todos los seres humanos estamos expuestos en la vida a que te pasen cosas buenas o cosas malas, y el hecho que seamos actores no quiere decir que tengamos una vida perfecta, claro que he sufrido, pero me he levantado. He tenido mucho aprendizaje, entre ellos el momento en el que me alejé de mi familia por irme a vivir a USA”, dijo en entrevista para Despierta América al recordar los difíciles momentos que ha vivido no sólo frente a las cámaras, sino en la vida real. Y agregó: “Tuve una pareja sentimental que duramos muchos años y por un accidente que tuvo murió”.
Después de algunos años, Kimberly comprendió que son lecciones de vida de las que hay que aprender. “En la vida nos pasan ese tipo de cosas que creo que son para madurar, para aprender, para crecer y hoy en día soy lo que soy gracias a esas caídas”, expresó.
En aquel momento, la actriz llevaba más de cuatro años con su novio, quien ya convivía con su familia y hasta se llevaba bien con sus hermanos. Por ello, el golpe de perderlo fue muy fuerte, pero siempre contó con el apoyo de sus seres queridos así como de una fortaleza interna. “A mí me ayudó mucho todo el poder mental que yo le di a mi vida en esa situación, conté con el apoyo de mi familia, con el apoyo de su familia y aunque no lo crean, mi mejor terapia fue trabajar en lo que me gusta”, comentó.
Un nuevo inicio y otra oportunidad en el amor
Kimberly se dio tiempo para vivir su luto, pero sabía que tenía que seguir adelante. “Culminando esa situación difícil en mi vida, yo me mudé a Estados Unidos y empecé un proyecto, el mantener la mente ocupada, haciendo lo que me gusta, fue muy reconfortante y la mejor terapia”. De la forma más empática, aseguró que las personas no estamos preparadas de forma psicológica para lidiar con esas pérdidas tan repentinas. “Son situaciones que te pone Dios en la vida para aprender y seguir adelante”.
En cuanto a volver a abrir su corazón, Dos Ramos explicó que fue cuestión de tiempo para dejar sanar esa herida. “Me costó, después de esa situación pasaron los años, me he enamorado, he tenido mis parejas. Sí me costó tantito, pero sí te deja esas secuelas de miedo a enamorarte, pero mi corazón está pleno. Me siento bendecida, afortunada”, concluyó.