Julián Arango revela en quien se inspiró para darle vida a su icónico personaje de Hugo Lombardi

Muchas gracias. Imagínate para mí volver y volver con esta noticia... o sea, ¿qué más le podemos pedir a la vida?

Completamente por sorpresa. Yo quería tomarme un tiempo de descanso, venía de trabajar muy seguido en cosas de televisión y de golpe me dicen que si quería hacer Betty la Fea y dije obviamente que sí. El reencuentro fascinante, de verdad, como que uno lo tenía por allá guardado. Durante la primera reunión de la primera escena que hicimos en la sala de juntas, donde estábamos todo el elenco, empezaron a pasar los papeles, y era como si estuviéramos en un salón de clases. Y yo pensaba que esto es parte de mi vida, o sea, un orgullo. Ver a todos los personajes y la unión de todos... ver que esto es poderoso, fascinante, y era como que no hubieran pasado estos 20 años, ¿me entiendes? Muy agradecido con la vida.

Él tiene una frase que a mí me lo define muy bien y es: “Llegó la luz, llegó la magia, llegó la vida”. Y cuando me puse por primera vez el vestuario de Hugo otra vez, después de 20 años, me dije: “es que es la luz, es que él es luz y ser luz es algo maravilloso”. Por donde va, el ilumina, nunca está abajo, nunca lo vas a ver triste. Por más de que esté en el peor momento de su vida, siempre está arriba.

Pues mira, esto no me permitió pensarlo mucho porque, en donde yo me pongo a pensar, termino con muchas dudas. Entonces, no me permití ni me di la licencia de cómo será que vamos a hacer esto o de pensar en hacer una estrategia. Yo lo dejé ser como él es y ya. Y no, no me puse a ni a pensar en la idea de ¿qué tal si te va mal? ¿Qué tal si la gente ya no lo quiere ver? No tuve mucho qué decidir. Ahí fue Hugo el que salió, porque obviamente como actor uno dice como camina ahora, han pasado 20 años, ¿eh? Ahora habla más pausado, es más inteligente, más reflexivo, No, no pude meterle nada de lo que yo quería meterle, sino que salió otra vez.

Hugo buscó formas creativas para decir lo mismo que decía antes, pero con el lenguaje inclusivo, diverso, que hoy en día se maneja. Entonces, tuvimos muchas discusiones y se habló mucho sobre el tema de cómo hacer, de cómo decir las cosas, de que si Hugo va a cambiar, pierde toda su esencia, todo su veneno. Pero pero igual, ¿eh? Pienso que hoy en día las cosas son mucho más delicadas, la gente anda más quisquillosa con lo que se dice, pero el que es, es, y el que dice las cosas, dice las cosas. La gente agradece también que se digan las cosas porque también se vuelve una cosa de que no se puede decir nada. Entonces, ¿dónde está el humor? Yo hago stand up comedy eso y pues muchas veces alguien se molestará... En este caso, Hugo no sirve para pedir perdón.

Hugo Lombardi es mi mamá... mi mamá dice: “Bombi”, “De ututuy”, “Moscorrofio” es de mi mamá. Todo ese estilo de humor es muy bogotano. Bogotá, la capital, es fría, tenemos un humor muy negro... somos muy retraídos, pero con un humor muy negro.

¡Feliz, dichosa! Y ahora, en esta vuelta de de Hugo, me mandó una lista de palabras nuevas que tiene, porque ella es orgullosa de su creación, porque es es ella, y a todo el mundo le cuenta que, pues, el personaje se creó gracias a ella. Yo creo que el hecho de poner a la mamá y decir que esto soy yo y así es mi mamá y yo esto lo viví en mi casa, ¡pues, es material, material de de comedia! Entonces, está ahí y además puedo compartirlo, exorcizarlo, y la gente se va a sentir identificada.