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ana brenda contreras y zacar as melhem© AGBA Studio

En este mes del amor, compartimos la crónica de la boda soñada de Ana Brenda Contreras y Zacarías Melhem

La pareja se casó el pasado 27 de enero en una celebración de ensueño en el estado mexicano de Hidalgo, con 300 invitados como testigos


Febrero 9, 2024 6:07 PM EST

 Ana Brenda Contreras  inició el 2024 de mejor manera: poniendo broche de oro a su historia de amor con Zacarías Melhem. El pasado 27 de enero la enamorada pareja celebró la boda de sus sueños rodeada de sus seres queridos y nuestra revista hermana ¡HOLA! México en su versión impresa tuvo la exclusiva con fotos inéditas. Casi 300 invitados, provenientes de lugares como España, Colombia, Estados Unidos y por supuesto, México, fueron testigos del romántico “sí quiero” que intercambiaron los novios en la capilla de la Hacienda Zotoluca, en el estado mexicano de Hidalgo.

Ana Brenda Contreras y Zacarías Melhem© AGBA Studio
Ana Brenda y Zacarías se casaron en la capilla de la Hacienda Zotoluca, en Hidaldo, México.

El reloj marcaba la 1 de la tarde cuando Ana Brenda entró en la iglesia del brazo de su hermano Alberto, lista para encontrarse frente al altar con Zacarías, el amor de su vida. Fue un momento marcado en el que los sentimientos afloraron, pues fue inevitable para la actriz recordar a su querido padre, fallecido hace seis años. Pero, aunque él no estuvo físicamente, sí la acompañó de una manera muy especial. Y es que la intérprete quiso rendirle un especial homenaje portando una fotografía suya prendida de su ramo de gypsophilas, una sencilla flor silvestre.

Tan pronto como la actriz entró en la iglesia, bajo los acordes del violín de Polina Diorditsa, se reveló el secreto mejor guardado: su vestido de novia. Ana Brenda eligió un espectacular diseño de encaje y corte sirena, con reminiscencias de los años veinte, creado por la diseñadora israelita, Dana Harel. Complementó su look con unos zapatos de Valentino, unos aretes creados especialmente hechos para la ocasión por su joyero de Texas. Llevó además un velo a manera de mantilla, con el cual hizo un guiño a España, un país en el que vivió unos años y por el que siente un inmenso cariño.

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En la ceremonia religiosa participaron tanto los familiares de los novios y sus amigos más queridos. Entre quienes realizaron las peticiones, se escuchó a Érika Zaba, Julián Gil, Nini Garza, Patricio Melhem, Nancy Benet, Karla Pérez y Jorge Flores. Uno de los momentos más entrañables de la ceremonia ocurrió cuando la hija de Zacarías, Viviana, fungió de madrina del ramo a la hora de entregárselo a la Virgen. En este gesto se notó la profunda unión de los novios y su trabajo conjunto para formar una familia sólida y comprometida.

El baile, la fiesta y el espectacular segundo vestido

Convertidos ya en marido y mujer, Ana Brenda y Zacarías se dirigieron a la fiesta, organizada por Epik Celebrations. “La Hacienda Zotoluca — compartió Ana Brenda, días después de su enlace— es el lugar más mágico de México. Yo quería que todo fuera blanco y beige, colores muy limpios y con toques de anémonas, que le daban un poquito de negro. La hacienda antigua, con sus paredes de detalles rústicos, fue un complemento más. ¡Quise que la hacienda fuera una protagonista más de ese día!”. El escenario fue perfecto para homenaje al amor que hicieron Zacarías y Ana Brenda, quienes dejaron de intercambiarse miradas enamoradas y gestos cariñosos durante toda la fiesta.

Los novios agasajaron a sus invitados con un delicioso menú, que estuvo a cargo de Eduardo Kohlmann. Como entradas sirvieron sashimi de atún y salmón, con caviar de ponzu, y ensalada de cangrejo con bisqué de crustáceos. Después, una crema de alcachofa con crujiente de prosciutto, y como platos fuertes lomo de salmón rostizado con risotto con mascarpone, o filete de res con risotto a los tres quesos, espárragos y zanahorias baby al grill.

Ana Brenda Contreras y Zacarías Melhem© AGBA Studio
Para Ana Brenda la Hacienda de Zotoluca es el lugar más mágico de México, por eso la eligió para su gran día.

En un día tan dulce los postres no podías faltar, y en esta ocasión los invitados pudieron disfrutar nido de plátano con mousse de Nutella y deconstrucción de fresas con licor de cassis y helado de frutos rojos. Además, hubo una gran selección de cócteles y mixología. Dos ‘D’ fueron los encargados de amenizar deleitar a los invitados con una perfecta selección musical, la cual inició cuando los novios abrieron la pista bajo los acordes de You’re Still the One de Shania Twain.

En un momento de la fiesta, Ana Brenda se retiró por unos instantes para ponerse su segundo vestido, un diseño muy distinto al de la ceremonia, pero igualmente original y favorecedor. Esta pieza fue obra de la diseñadora neoyorquina Danielle Frankel, y fue una prenda perfecta para disfrutar la velada sin preocupaciones.

En total fueron tres días en los que celebraron aquel amor que nació gracias a Daniela, hermana de Zacarías y gran amiga de Ana Brenda Contreras. Tras su inolvidable boda, Ana Brenda nos compartió su felicidad por haber tenido el enlace de sus sueños.

Ana Brenda Contreras© AGBA Studio
Sin lugar a dudas, la actriz tuvo la boda de sus sueños con el amor de su vida.

Y el sueño se hizo realidad. Enhorabuena, Ana Brenda. ¿Cuál fue el momento más emotivo de tu boda con Zacarías?

El momento más especial fue durante la entrada a la ceremonia religiosa. Como muchos saben, mi papá falleció hace seis años y yo ese día lo tenía muy presente. En mi ramo llevaba una foto de él. Además, llegué acompañada de mi hermano, que me recuer- da mucho a mi padre. Cuando entré en la iglesia, vi a mucha gente querida y todo el mundo tenía los ojos llorosos… Zacarías estaba esperándome en el altar y mientras avanzaba por el pasillo de esa capilla histórica, ¡para mí fue muy difícil contenerme!

Te veías radiante y no parecías nada nerviosa. ¿Desaparecieron los nervios o lograste controlarlos?

¡Gracias, pero estaba nerviosísima! Ha sido uno de los momentos de mi vida en los que me he sentido más nerviosa. ¡Hasta se me bajó la presión y en la ceremonia traté de controlarlo con la respiración!

¡El triunfo del amor!

Los dos sabemos el trabajo que nos ha costado llegar a la paz y armonía que vivimos hoy. El camino ha sido realmente difícil, pero ha valido la pena. La celebración fue el gran día cuando se materializó el pacto que hicimos al comprometernos.

Ana Brenda, hablemos de tus joyas primero. ¿Qué piezas luciste y por qué esas y no otras?

Tenía muy claro lo que quería. Zacarías se sacó un diez con el anillo de compromiso. Él es un hombre muy detallista, que pone mucha atención a lo que me gusta. ¡Él sabe lo que yo quiero incluso antes de que yo lo sepa! Estuvo meses con nuestro joyero, y el de su familia, hasta que se decidió por un diseño. Una vez que tuve el anillo, acudí al joyero para preguntarle si tendría algunos aretes especiales para ese día. Va a ser una joya que me encantaría heredar a mis hijos, si los llego a tener, o que podrá llevar la hija de Zacarías si se casa.


En cuanto a tus dos vestidos, el de la ceremonia y el de la segunda parte de la fiesta, ¿qué te llevó a decidirte por ellos?

¡Quise hablar con diseñadores, pero como todo fue muy rápido y estaba en la obra de teatro, no tuve tiempo! Buscando, di con una diseñadora israelita que está en Tel Aviv, Dana Harel… ¡Ella tenía justo lo que yo buscaba! Para la iglesia y primera parte de la fiesta, quería un vestido lleno de encaje. Como actriz he tenido ocasión de ponerme vestidos de gala blancos, pero el de mi boda quería que fuera uno de esos diseños que no vuelves a usar en ninguna otra ocasión. Este me recordaba a novias antiguas, a la nostalgia de otro tiempo… ¡y muy romántico y sensual, pegado y con corte sirena! Además, me cubría del frío. ¡Era perfecto!

¿Y qué nos puedes decir de tu segundo look nupcial?

Danielle Frankel, de Nueva York. ¡Creo que será la siguiente Vera Wang! Fui a Nueva York con mi cuñada Daniela, una de mis mejores amigas y por quien conocí a mi esposo. Nada más verme con ese vestido, casi se pone a llorar, porque le parecía que estaba hecho para mí. ¡Este diseño era tan cómodo para la fiesta, que me permitió celebrar y disfrutar con mis amigos sin estar preocupada por el vestido!

¿Quiénes fueron sus padrinos y por qué desearon que ellos tuvieran un papel relevante en el día de su boda?

Fueron personas muy allegadas a nosotros, familiares y amigos cercanos. Las hermanas de Zacarías fueron madrinas de lazo y arras. Mi hermano con mi sobrina, los padrinos de anillos. Dos de mis amigas de la infancia, que son como las hermanas que nunca tuve, fueron las madrinas de velación. Y Viviana, la hija de Zacarías, la madrina de ramo para la Virgen. ¡Esto fue algo muy especial!

El día de tu boda se notó que eras una mujer muy querida por tu familia y amigos. ¿Qué te hizo sentir la presencia de tanta gente que te quiere y admira?

Una lluvia de emociones. Todo fue perfecto. La gente que estuvo es la gente que tenía que estar. Definitivamente, ese día me di cuenta de las cosas que importan en la vida. Se sentía la vibra y el amor que nos tienen.

Ana Brenda Contreras© AGBA Studio
Ana Brenda ha disfrutado al máximos estos primeros días como mujer casada.

¡Eran los protagonistas!

La gente piensa que por ser figura pública uno está acostumbrado a ser el centro de atención. En mi caso, cuando se trata de mi vida personal, soy más tímida y resguardada. Gracias a todos, me sentí muy arropada. Guardo un inmenso agradecimiento con mis amigos que vinieron desde muy lejos: España, Miami, Colombia, Israel…

¿En qué instante de la fiesta notaste más esa vibra hermosa?

¡En nuestro primer baile como esposos! Hubo gente que se subió a los barandales para vernos desde arriba, la familia nos rodeó… ¡Qué momento más emotivo!

¿Qué has encontrado en Zacarías para querer caminar a su lado el resto de tu vida?

Lo admiro muchísimo. Es un hombre trabajador, como yo; es bueno, lo cual es muy importante; y logra que aflore en mí mi energía femenina. Me cuida. Muchas veces, las mujeres que estamos acostumbradas a salir adelante desde muy pequeñas, tendemos a desarrollar nuestra energía masculina y a estar a la defensiva. Él supo romper esa barrera. Me siento segura a su lado, cuidada, consentida…

¡En el paraíso!

Nada es perfecto, pero es una estabilidad que nunca había sentido en mi vida. Sé que siempre cuento con él, sin importar si el día anterior tuvimos un desacuerdo.


¿Qué te reenamora siempre de él?

¡Que me hace reír todos los días de mi vida! Incluso en los momentos más tensos, en aquellos que siento que el mundo se me cae encima, él me deja ser como soy y me cuida. ¿Qué puedo decir? Estoy muy enamorada y, por las cosas que él me ha dicho y me ha demostrado, él también lo está de mí. Creo que nos complementamos. Somos personas diferentes, pero con los mismos valores.

¿Cómo vives los primeros días como mujer casada?

¡Tratando de recuperarme! La fiesta duró tres días. Después, desgraciadamente, por motivos de trabajo, me tuve que quedar tres días aquí, y él tuvo que regresar al suyo, pero ya nos hemos reunido y en las siguientes semanas nos vamos de luna de miel. Esto nos hace muy felices… ¡lo necesitamos!

¿Te sientes diferente?

La verdad, nunca pensé que fuera a disfrutar tanto esto y que me fuera a gustar esta etapa. Casarte con la persona correcta es… ¡increíble! No sé cómo explicarlo, pero ahora me siento como sostenida y acompañada. Empezamos una sociedad en la que importan los compromisos. Estamos superfelices. Literalmente, en la etapa lunamielera.

¿Cuáles serán sus próximos pasos como marido y mujer?

Nuestros siguientes pasos como marido y mujer serán encontrar una vida entre la CDMX, o donde sea que me toque trabajar, y Texas, que es nuestra base. Queremos hacer muchas cosas juntos de trabajo, de vida… Si se puede, nos gustaría empezar una familia o, más bien, agrandar la familia, además de la que ya conformamos con sus hijos. ¡Son un encanto y los quiero muchísimo! Nosotros queremos disfrutar mucho de esta nueva etapa, tan bonita y divertida. Contamos con el apoyo de nuestras familias, tanto la de él como la mía. Fue realmente algo muy bonito y lo vamos a guardar en nuestro corazón y memoria el resto de nuestras vidas. Me veo perfectamente contándoles las anécdotas de ese día a mis hijos o recordándolas con sus hijos, cuando estemos más grandes.

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