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clarissa molina© Estudio SOHA Pictures

EN EXCLUSIVA:

Clarissa Molina se reencuentra con ella misma en las calles de Nueva York

Tras un complicado 2023 a nivel personal, la exreina de belleza recargó sus energías en el lugar en donde todo comenzó para ella


Cynthia Valdez
Redactora Senior
Enero 31, 2024 7:44 PM EST

Clarissa Molina está imparable. Además de ser presentadora de El Gordo y la Flaca , uno de los programas más exitosos de Univision, la originaria de República Dominicana tiene una gran cantidad de proyectos entre manos que van desde su pasión por actuar y compartir su talento como modelo, hasta ser host de importantes eventos como Premio Lo Nuestro . Pero detrás de esta gran historia de éxito, está una joven mujer que hace 16 años llegó a Nueva York junto a su familia y un sinfín de sueños y metas en la maleta, y que después de sumar tantas experiencias en su carrera, regresa a ese lugar con el corazón de frente, dispuesta a recargar su energía y, por curioso que parezca, a conectar con sus raíces latinas, pues es ahí en donde guarda los mejores momentos con sus padres y hermanos lejos de su país natal.

Clarissa Molina© Fotografías Evelyn López, Cortesía de MS Communications. Estudio SOHA Pictures

Clarissa sabe que en medio de una apretada agenda laboral hace falta tomar una pausa, y qué mejor lugar para ella que Nueva York, en donde inició el camino hacia sus sueños. Contenta, reflexiva y aún con muchos más anhelos por delante, Clarissa charló con ¡HOLA! AMÉRICAS sobre esa ciudad que guarda sus recuerdos más especiales antes de saltar a la fama como la reina de Nuestra Belleza Latina en 2015.

“Siempre me voy a esos momentos y cuando regreso vengo más recargada. Aprecio todo mucho más por recordar de dónde vengo, y la lucha de donde hay todavía miles de dominicanos y latinos en general”.

Con un espectacular posado en La Gran Manzana, Clarissa nos cuenta a detalle cómo fue su primer día en la ciudad, cómo la pasó y cómo se sintó. También recuerda aquellos trabajos que tuvo antes de convertirse en una reconocida celebridad. Inspirada en los sabores que la marcaron, nos recomienda qué comer y beber; y con un gran corazón, aconseja a las mujeres que como ella construyen sus sueños lejos de su país.

En esta amena conversación, la también actriz de 32 años nos adelanta que ya trabaja en su propia marca y revela si, después de tanto tiempo en Miami, estaría dispuesta a mudarse nuevamente a la ciudad de los rascacielos.


¿Cómo fue la primera vez que llegaste a Nueva York, ese lugar lleno de promesas, con tu familia?

“Nueva York para mí significa como donde yo realmente comencé a soñar, donde vi mis que mis sueños sí se podían hacer posibles. Yo llegué un 2 de julio de 2007; y miraba los apartamentos, los edificios tan grandes, la cultura tan diferente que había, ese contraste entre la República Dominicana y Nueva York. Pero la sorpresa más grande que yo me llevé es que había una República Dominicana en Estados Unidos, en el Washington Heights de Nueva York; y esa comunidad dominicana de verdad que para mí significa tanto, la diáspora, porque fueron los que lo que estuvieron ahí en mis principios, en mis primeros concursos. Mis primeras sesiones fotográficas profesionales fueron en New York, con Aridio García, que ha sido mi mentor; José Luis Victoria, Israel desde lejos, siempre apoyándome. O sea, fue todo un grupo de personas”.

Cuéntanos más de ese 2 de julio, ¿qué más recuerdas?

“Te lo voy a describir. Llegué, el clima estaba caliente. Desde New York nos fuimos a New Jersey porque ahí estaba la casa de mi hermano. Lo primero que comí aquí en Estados Unidos fue en Burger King. Me acuerdo que nos paramos a comer con mi hermano y mi papá, y ya luego llegamos a casa de mi hermano. La casa era de madera y sonaban. Totalmente diferente a las casas de concreto de la República Dominicana. Recuerdo que ahí cenamos, era como estar con mi familia, pero en otro lugar muy diferente a lo que yo había vivido. Fue bien chocante todo, pero al mismo tiempo era como lindo para mí, pero todo muy nuevo”.

¿Cómo fue para tu familia compartir el inicio de una carrera exitosa?

“A mi familia ya no le quedó de otra que apoyarme, pero siento que New York siempre va a ser como esa ciudad en donde puedo ir a recargar, donde puedo recordar lo que es soñar, lo que es empezar de nuevo”.


Clarissa Molina© @Foto Evelyn López
Clarissa Molina tiene grandes planes para el futuro


¿Cuáles fueron tus primeros trabajos en Nueva York?

“Cuando yo llegué, viví la vida de un inmigrante. Trabajé tres años en McDonald’s, luego una zapatería, una tienda de perfumes, una oficina dental, dando champú en la calle. Luego trabajé en otro negocio dental. Manejando dos horas para ir y dos horas para venir contra nieve, agua, lluvia, frío. Todo nos toca. Cuando uno tiene un sueño, buscas las oportunidades y te preparas”.

¿Tenías un spot favorito?

“Fue siempre ver el skyline de Nueva York desde New Jersey. Me encantaba sentarme ahí a soñar, a ver. Y cuando iba a New York me encantaba caminar en las calles, en el Downtown. Creo que era una de mis cosas favoritas cuando me tocaba ir al Downtown desde que empecé a trabajar, a tocar puertas era caminando, viendo esos edificios. Ahí pensé: ‘Bueno, alguien hizo posible ese edificio. Así que, si él tuvo ese sueño y lo logró, yo también puedo tenerlo’. Creo que las calles de New York siempre me inspiraron a soñar en grande”.


Clarissa Molina© Foto Evelyn López
Clarissa Molina está nominada como Comunicadora destacada en el extranjero

¿Considerarías mudarte ahí otra vez?

“Haciendo lo que hago, sí. Pero la verdad es que a mí no me gusta para nada el frío, y de hecho estas fotos las hice a 30° F, ¡hacía una brisa que se sentía a 10! Hacía mucho frío, pero aguanté. Me fui caminando en pantuflas, pero quería hacer algo para mi gente de allá. Y valió la pena.

Pero sí, definitivamente mi sueño es comprarme un apartamento en algún momento en Nueva York, a donde yo pueda regresar. Porque ahora voy y me quedo en casa de mi familia, de mis hermanos, de mi mamá o en hoteles cuando tengo que trabajar. Pero sí me encantaría tener una propiedad algún día allá”.

¿Cuál fue la anécdota más dura que recuerdas?

“Yo creo que han sido muchas. A mí me pasó desde que me dejó un carro al que se ponchó la goma en medio de un puente. ¡O las botas! Cuando uno va caminando, que no conoce mucho el hielo ni la nieve, y ve que todo está negro, pero realmente es un charco de agua bien fría y los zapatos te congelan los pies, y te toca seguir caminando y tomar el tren y transporte público.

Yo creo que New York fue una ciudad que me hizo bastante resistente a nivel profesional, porque es una ciudad bastante competitiva, todo el mundo está trabajando, todo el mundo sabe lo que quiere. Y el tener que ir hacia adelante, me dio mucha seguridad”.

En toda historia hay un contraste, ¿cuál es tu recuerdo más lindo en esta ciudad?

“Creo que una de las memorias que tengo así más presente es de cuando llegué, estaba por festejarse el 4 de julio, a mí me encanta los fuegos artificiales y a mi papá también. Me acuerdo que mi hermano me llevó a verlos en New York, en Downtown, y corríamos para llegar a tiempo hasta que dijo: ‘¡Vamos a pararnos aquí!’. Y ahí mismo comenzó ese show de fuegos artificiales y para mí fue muy memorable ese día.

Llevábamos dos días en New York y qué belleza nos estaban mostrando el 4 de julio, el Día de Independencia. Había mucha gente, se sentía mucha alegría. Creo que esa ha sido una de las memorias más lindas que he tenido. También tengo muchos recuerdos como comunidad latina. Ahora, cada vez que tengo la oportunidad de compartir con esa comunidad.

Son gente genuina, gente trabajadora que te apoya de corazón. Y creo que esa es la esencia más linda que tiene New York. Hay gente que me quiere tal cual soy, y yo igual los adoro a ellos y disfruto mucho compartir allá. De verdad que sí”.


Clarissa Molina© Foto Evelyn López
Clarissa contó que estaba dudosa de qué rumbo tomaría su vida. “¿Qué voy a hacer yo con mi vida ahora? ¿Qué voy a hacer? ¿Qué voy a hacer con mi vida?. Y ella me ofrece su casa y me dice: ‘Quédate en mi casa el tiempo que tú necesites. Ven a Miami, ven a ver qué va a pasar’. Y yo vine a Miami, yo vivía en New York”. La modelo dejó NY y se fue a Miami a vivir con Zully, en su casa, la cual era de una habitación, por lo que a Clarissa le tocó dormir en el sofá.

Es una ciudad que está plagada de comida de todo el mundo, ¿cuál es tu snack favorito?

“¡Me encanta los peanuts! Son dulces que venden en la calle, me fascinan porque son tostaditos, además de ricos son calientes. Me gusta comer helado, fíjate en frío. Irónicamente me fascina comer helado en días fríos, pero siempre dentro de las tiendas de helado”.

¿Fue difícil para ti mudarte a Miami?

“¡No! (risas). Por el frío, pero una vez que estuve aquí, ¡ay, Dios mío! Extrañaba a New York como cosa loca. No paso un año desde que yo me mude aquí y voy para allá más de seis veces al año, siento que es mi casa.

New York tiene una conexión muy, muy linda conmigo, ahí hace mis últimos años de High School, hice mis tres años de universidad. Como que ahí empezó todo, es mi cuna.

En República Dominicana yo era una niña apenas cuando iba a empezar a vivir, pues me tuve que mudar. Entonces en Dominicana viví otra etapa de mi vida muy diferente a la de New York, que representa a la Clarissa ya convirtiéndose en mujer, en profesional, en trabajadora”.

¿Tienes algún objeto físico de aquella época que te recuerde esos inicios?

“¡Ah, no! Mi papá y mi mamá me lo sembraron mucho en el corazón. Entonces no tengo algo físico, más bien siempre está en mi mente saber apreciar y agradecer de dónde vengo, de dónde soy, quién soy realmente; no tanto físico, sino más bien como que mi esencia ya es así porque me gusta reconectar. Creo que esa es la mejor forma de siempre acordarte de dónde vienes y quién eres”.

Has cumplido muchos sueños, pero aún tienes muchas metas pendientes, ¿cuáles son?

“Sí, yo tengo muchas metas y sueños. La primera es mucha salud. Que mi papá y mi mamá estén bien. Mi familia, mis hermanos. De verdad que yo le pido a Dios siempre eso. Si ellos están bien, yo estoy bien. Creo que Dios me ha dado mucho más de lo que yo he pedido y todavía sigo queriendo hacer más. Él va a decir: ‘¡Esta niña no para, siempre quiere más!’. Pero soy así.

Quiero desarrollar mi propia marca y estoy trabajando en eso. De hecho, ya estoy con un equipo desarrollando la plataforma y el producto. Estoy en ese proceso actualmente.

También quiero producir algún día una película yo misma, la producción ejecutiva. Quiero seguir actuando, quiero seguir creciendo en ese ámbito, quiero muchas cosas, de verdad, pero lo más importante, que mi familia esté bien y ya el resto me toca trabajar muy duro para conseguirlo”.

Clarissa Molina© Foto Evelyn López

¿Qué le dirías a las mujeres que, como tú, inician su sueño en Nueve York o en otro estado del país?

“Que no se den por vencidos. Que nunca dejen que les digan que no. Que nunca duden porque lo que desean está en su corazón y siempre les va a dictar lo que tienen que hacer. El camino correcto es más difícil, más duro para llegar, pero es muchísimo más gratificante cuando uno llega haciendo el bien. Cuando uno llega enfocado porque creo que es lo más inteligente, eso y reconocer los valores y fortalezas de otras personas también te hace grande. Un gran consejo es nunca tratar de apagar a nadie para brillar tú”.

Y para los turistas, ¿qué lugar recomendarías visitar en esta ciudad?

“¡Ay, qué rico! A ver, yo siempre, antes de irme al aeropuerto para regresar a Miami, voy a un lugar a tomarme un ‘Morir soñando’, que una bebida dominicana. La hacen ahí en un lugar que se llama Jugolandia en Washington Heights, si no me equivoco. Y ese Morir soñando de chinola (maracuyá), ¡es espectacular con una empanada! Así que tienen que ir para que prueben”.