Ha pasado poco más de medio año desde que Tamara Falcó e Íñigo Onieva celebraron su esperada boda de ensueño. Tras su inolvidable luna de miel los recién casados se instalaron en su nuevo hogar (el cual tuvo que pasar por algunas remodelaciones) y desde entonces han disfrutado las mieles del matrimonio. Sin embargo, no todo ha sido color de rosa, pues todas las parejas, la socialité y el empresario han tenido algunos roces en su incipiente vida conyugal. Transparente como suele serlo y con su característico buen sentido del humor, la también marquesa de Griñón se ha sincerado sobre esta situación.
Al asistir como cada semana al programa El Homiguero (Antena3), Tamara compartió un aspecto, hasta ahora desconocido, sobre su relación con Íñigo: las discusiones de pareja. “Cuando estoy enfadada odio que me pregunten si estoy enfadada. Es que nuestros cambios hormonales como mujeres son difíciles de controlar. Íñigo tiene la mecha más corta, pero yo tardo más en desenfadarme”, confesó la hermana menor de Enrique Iglesias.
Tamara admitió que cuando hay una confrontación con su esposo ella está convencida de estar en lo correcto. “En mi cabeza yo soy jueza y decido qué está bien y qué está mal, la que dicta sentencia”, comentó, “Siempre o bastantes veces, tengo razón. Me atrevería a decir que un 98% de las veces”, dijo divertida.
Ilusionada con ser mamá, pero sin presiones
Tamara siempre manifestó abiertamente sus deseos de tener una familia, motivo por el cual desde que se casó con Íñigo, ha sido cuestionada constantemente sobre sus planes en cuanto a la maternidad. Sin embargo, ella ha asegurado no sentirse presionado en ese tema. “La verdad es que rezo todo el tiempo y si tiene que ser, será y si no. La verdad es que estoy felizmente casada, ahora mismo viviendo un momento súper bonito, así que no sé. Sin presión, sin presión. Lo que Dios quiera”, confesaba en noviembre del año pasado ante las cámaras de Europa Press.
También el año pasado Tamara habló con nuestra revista hermana ¡HOLA! España de sus planes de convertirse en mamá y detalló los métodos en los que estaba confiando. “No es verdad que me estoy sometiendo a un tratamiento de fertilidad. Aunque desde hace varios meses, estoy con un método natural que se llama Fertilitas. Me lo comentó una amiga y es un método para medir tu cuerpo y asegurarte que estás bien. Es natural”, explicó.
“No es un tratamiento de fertilidad como tal, pero te van estudiando tu cuerpo. Aunque es laborioso, es un proceso muy bonito”, contaba. “Primero vamos a ir por la vía natural. Por eso me he preocupado en tener el cuerpo sano. Si después tenemos problemas, ya veremos. También confío mucho en Dios, y si quiere que tenga hijos, los tendré”.