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carolina sarassa y su madre© @carolinasarassa

Entrevista ¡HOLA! Américas

Carolina Sarassa y su mamá cumplen un gran sueño, tras 27 años de oraciones: ‘Es el mejor regalo que podía darme la vida’

La madre de la presentadora al fin pudo legalizar su situación migratoria en Estados Unidos


Monica Tirado
Editora de Actualidad
Enero 12, 2024 7:06 PM EST

Con apenas dos semanas en el 2024, Carolina Sarassa ha recibido la noticia más feliz que no solo le ha cambiado la vida a ella, sino a toda su familia. Tuvieron que pasar 27 años para que su madre, la señora Leticia legalizara su situación en Estados Unidos. La incertidumbre de poder andar tranquilamente o hacer unas vacaciones soñadas con su familia tenían a doña Leticia y a los suyos en un limbo legal. Gracias a la pronta actuación de la abogada inmigración Jessica Domínguez, la madre de la periodista pudo resolver esta compleja situación.

Tras estos años de lucha entre papeleos y trámites, ahora Carolina Sarassa y su madre sueñan con cumplir ese anhelado viaje a Colombia. Al fin podrá tomar un avión e intercambiar ese abrazo tan esperado con los suyos y volver a la tierra que la vio nacer. En entrevista con ¡HOLA! Américas, la periodista de Despierta América nos compartió su emoción por este gran logro que han alcanzado en familia.

Carolina Sarassa celebra el primer cumpleaños de su hijo, Noah© @duette.studio
Carolina Sarassa con su familia

¿Cómo fue para ti y tu familia vivir en esta incertidumbre tantos años con la situación de tu madre?

Para nosotros vivir tantos años, 27 años, pues no fue fácil porque yo me dedico a dar noticias. Yo cuento las historias de deportación, de separación de familias todos los días, pero no podía contar la mía. Entonces ahí tuvimos la ayuda de un abogado de inmigración que cometió un error en el caso de mi madre y básicamente hizo imposible que pudiera legalizarse. Yo soy ciudadana estadounidense y a pesar de ese derecho que tengo como ciudadana de pedir a mi mamá, pues no podía porque estaba esa traba migratoria.

Afortunadamente un día, hace unos tres, cuatro años, estaba en ‘Despierta América’, veo a la abogada Jessica Domínguez y se me da por preguntarle por pura coincidencia, pensando que me va a decir que ‘no’, como todos los abogados me habían dicho. Y me dice, ‘mira, yo creo que sí, o sea, es un caso muy difícil, pero no imposible’. En este momento me dio mucha ilusión, pero pues dije bueno, vamos a ver qué es lo que pasa. Y finalmente, después de muchísimos documentos, después de apelaciones para reabrir el caso, la Corte Suprema de Inmigración, la Corte de Apelaciones de Inmigración reabrió el caso.

¿Cuál fue el motivo por el que tu mamá estaba en esa compleja situación?

Mi mamá toda la vida limpió casas en este país y no tenía huellas completas en las manos. Así que cada vez que mandábamos sus huellas, pues el FBI las devolvía porque no podían corroborar que era la misma persona. Y ya finalmente, después de tomar seis millones de huellas, pues se dieron cuenta que era la misma persona y lo aceptaron.



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Sin duda, esto es un ‘antes y un después’ para tu familia. ¿Cómo te sientes y cuál es el sentimiento de tu mamá?

Es un antes y un después, porque nada se asomarme por la ventana y pensar que mi mamá pertenece ya oficialmente a este país. Hace 27 años que hemos hecho vida aquí en Estados Unidos, fuera de Colombia, pero el poder regresar, el poder sentirse que no tiene uno miedo si es que ve una patrulla de la policía, poderse montar en un avión. Para mí esto es el mejor regalo que podía darme la vida siempre estaba en mi lista de deseos a Dios cada mañana, cada noche y finalmente se dio.




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¿Cómo festejarán esta feliz noticia?

¡Con ganas de ir a Colombia! Tengo una tía que está muy enfermita, a mi mamá se le han muerto la mayoría de sus familiares sin poder ir a despedirse de ellos. Mi tía, afortunadamente, ha mejorado un poco, pero con muchas ganas de llevarla a Colombia para que vea a sus hermanas, para que pueda otra vez pisar pues su país en el que creció... con ilusión de hacer de todo.

(Después de recibir la noticia) fuimos solamente a un restaurante colombiano a comernos un ajiaco de la ilusión y también del cansancio, porque en estos días en que hemos tenido tantas emociones encontradas ha sido como Dios mío... como como un balde de agua encima. Finalmente todavía no me la creo que esto haya pasado.