A lo largo de los años, Don Francisco ha acumulado un sinfín de experiencias y aprendizajes, mismos que ahora comparte gustoso. El icónico presentador de televisión suele contar algunas de sus vivencias en su podcast, tal como lo hizo hace poco al recordar la poca fe que tenía su familia en su matrimonio, y lo equivocada que estaba en sus pronósticos. Recientemente, el comunicador chileno recordó aquellos días en los que, aunque no tenía dinero, tenía otro tipo de riqueza.
En el reciente episodio de su podcast El Decálogo Del Éxito con Don Francisco, le presentador habló sobre “aceptar con humildad los consejos” y dijo ser un fiel creyente de que todas las personas son capaces de enseñar algo valioso. Cuestionado por un interlocutor que no apareció a cuadro, el presentador respondió si se consideraba a sí mismo una persona humilde.
“Yo creo que sí, porque he estado yendo atrás en mi historia, donde yo comencé a vivir, en barrios muy populares. Recordaba que en ese tiempo no tenía clóset porque tenía closet porque había roperos, y que en ese ropero yo tenía dos chaquetas, un chaquetón, un abrigo, un par de pantalones. No es como hoy día que la gente tiene cientos de poleras y de zapatillas y de ropa”, contó el presentador cuyo nombre real es Mario Kreutzberger.
“Hay tantas cosas materiales hoy día. Yo tenía pocas cosas materiales. pero tenía una familia que me apañaba, una familia que me ayudaba, yo siempre me sentía apoyado por esa familia. Por eso me siento contento de poder hacer este trabajo comunicacional hoy día, y entregar lo que aprendí”.
“Recuerdo cuando tenía poco en términos materiales, pero una familia que siempre me apoyaba. Eso me enseñó más que cualquier posesión”, agregó Don Francisco en su cuenta de Instagram al compartir el fragmento de su podcast con esta reflexión.
El ejemplo de vida y superación que le dio su padre
En otro momento de su podcast, el presentador chileno habló de su papá, “un hombre modesto de un pueblo de Polonia”. Según relató, su padre vivía en condiciones muy humildes, pero con trabajo logró ser exitoso hasta que la guerra le da un duro revés y le quita todo, por lo que tiene que iniciar de nuevo en un lugar muy lejano: Chile.
“Yo siento que esa familia que comenzó muy modestamente me permitió ir avanzando también con mi familia, y al mismo tiempo me permitió siempre soñar. Nunca dejé de soñar y soñar siempre al alero de un consejo muy importante que me dio mi padre: ‘Mientras hay vida nunca hay que rendirse’”. Estas palabras han sido especialmente significativas para Don Francisco al provenir de su padre, quien logró escapar de un campo de concentración en la Segunda Guerra Mundial e iniciar una nueva vida en Sudamérica.