Dos años atrás, un 12 de diciembre, Vicente Fernández, el ídolo de la canción ranchera se despidió para siempre de sus fanáticos. Tras su lamentable deceso, su familia ha continuado honrando su memoria en el que fuera su hogar por varios años, el Rancho Los Tres Potrillos, lugar de su más reciente homenaje al cumplirse otro de sus aniversarios luctuosos. Quien no pudo faltar a esta importante cita fue Alejandro Fernández, quien compartió con el corazón en la mano cómo se siente en estos instantes al recordar a su padre, el hombre que lo inspiró en todo momento no solo por el cariño que le brindó desde pequeño, sino también por heredarle su pasión musical y el amor por la interpretación.
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El Potrillo vive su duelo
A pesar de que ha transcurrido ya un tiempo desde la partida de don Vicente, El Potrillo reconoce lo mucho que echa de menos a su papá, a quien incluso recordó con una publicación en sus redes sociales. Sincero, también habló en entrevista con el programa televisivo Ventaneando, revelando cómo se encuentra en estos momentos ante ausencia física del también conocido Charro de Huentitán. “Obviamente no se va el dolor, es una cosa que siempre va a estar aquí pero te haces al ánimo a vivir con eso...”, reveló Alejandro visiblemente conmovido. En otro momento de la charla, hablo del homenaje para recordar a su papá en el día de su fallecimiento, una reunión familiar en la que hubo música, comida y convivencia con sus seres queridos, tal como le habría gustado a don Vicente ser recordado. “No queremos lágrimas, mi padre siempre decía que lo enterráramos con risas y sonando el mariachi…”.
Doña Cuquita, la fiel compañera de don Vicente
En su plática con Ventaneando, Alejandro también conversó sobre cómo se encuentra su mamá, doña Cuquita Abarca, quien ha sido cobijada por sus hijos y sus nietos tras la partida de quien fuera su esposo por 57 años. El Potrillo dio detalles de cómo ha apoyado a la matriarca, procurando mantenerse en todo momento a su lado. “Muy fuerte, la veo súper bien. De repente pues se me cae un poco, he tratado de mantenerla muy cerca de mí. La invité a España, si nos vamos de vacaciones me la llevo, entonces he estado muy muy cerca de ella…”, dijo el intérprete, feliz de que su madre se encuentre estable en estos momentos en el que él y los suyos disfrutan de un periodo de estabilidad, cada quien enfocado en sus respectivas ocupaciones.
Estos días, también han sido de gran gozo para Alejandro, pues dada la llegada de las fiestas decembrinas también tuvo la oportunidad de celebrar la tradicional posada navideña con sus seres queridos. “Tuvimos las posadas de mi familia y la pasamos muy bien entre mis hijos, mis nietas y todos mis sobrinos…”, contó. En ese espacio, también habló de su felicidad al rodearse del amor de sus nietas, Cayetana y Mía, ansioso también por próximo nacimiento de la nueva bebé de su hijo Alex Fernández. “Cada vez más grande (la familia), a menos de un mes para que nazca Nirvana. Las tengo súper consentidas, entonces es lindísimo, poderlas malcriar y regresárselas a sus padres para que las eduquen…”, dijo con sentido del humor.
El homenaje a don Vicente Fernández
Puntuales a la cita, este 12 de diciembre la familia Fernández se reunió en el Rancho Los Tres Potrillos para recordar a don Vicente Fernández al cumplirse dos años de su fallecimiento. Una de las sorpresas en esta ocasión fue la presentación de una estatua hiperrealista del Charro de Huentitán, la cual fue ubicada en una banca del lugar para que las personas pudieran fotografiarse con la misma. Cuquita, al presenciar la representación en silicón de su marido, no pudo contener el llanto, feliz por este detalle que llamó mucho la atención. “Es que está muy natural, gracias, muchas gracias…”, dijo la matriarca derramando algunas lágrimas, declaraciones retomadas por las cámaras de TV Azteca. Por otro lado, la tumba de don Vicente fue decorada con un tapete de semillas y aserrín por artistas originarios de Chapala, Jalisco, colocando al centro una imagen con el rostro del intérprete. Así mismo, se llevó a cabo una misa en su honor, aunque en esta ocasión el evento fue privado y no se permitió el acceso a los medios.
