Para Anette Michel no hay un papel más importante que el de mamá de Nicolás. Es por esto, que compartir tiempo en familia es prioridad para la actriz quien, desde hace unos días, disfruta de unas merecidas vacaciones con su esposo, Gregorio Jiménez, y a su hijo quien, el próximo 10 de enero, celebrará su cumpleaños número 13. Gracias a sus publicaciones en Instagram de este viaje, dejó al descubierto lo mucho que ha crecido Nicolás quien, de acuerdo con sus propias palabras, no es fanático de las fotografías, razón por la que tenía mucho tiempo de no publicar imágenes junto al adolescente; sin embargo, según se lee en una de las descripciones de estas instantáneas, Nicolás accedió a posar con ella sólo para complacerla. Además de una selfie juntos, Anette compartió otra en la que también aparece su esposo: “Cómo te puede cambiar un par de días en la playa. Amo estar en el mar”, escribió la actriz como pie de foto.
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Igualito a su mamá
En las imágenes con Nicolás, llama la atención lo mucho que ha crecido el hijo de la actriz a quien persuadió para posar junto a ella: “¡Lo logré! Se dejó tomar la fotografía”, escribió como descripción de esta publicación donde varios de los comentarios resaltan el gran parecido que Nicolás guarda con su mamá: “Igualito a ti”, le comentó una de sus seguidoras. Horas más tarde, Anette tomó nuevamente su perfil en esta red social para compartir una imagen en la que aparece al lado de su esposo y su hijo, frente al mar, disfrutando de la puesta del sol: “¡Cuanta paz! Amor y familia, nada mejor. Esta es la recompensa al esfuerzo y dedicación a lo que importa”, se lee junto a esta entrañable foto donde se aprecia lo alto que es el hijo de la actriz.
El papá de su hijo
Hace cuatro años, durante la entrevista más sincera de Anette Michelle para el programa Venga la Alegría, contó cómo la maternidad le cambió la vida y recordó todos los años que estaba segura de que no sería mamá, una decisión que tomó a partir de un mal recuerdo de la infancia, época en la que la actriz perdió a su papá, un capítulo que marcó su vida. Fue hasta un año después de su boda con Gregorio Jiménez, que cambió de opinión: “Él cerró esta herida que había dejado la muerte de mi papá. Siempre me lo dice y me lo repite que fue la prueba más grande amor que cualquier mujer le pudo dar”, confesó la actriz sobre el día que decidió tener un hijo con su esposo.
El capítulo más doloroso
Tras la felicidad que le provocó a la pareja pensar en la idea de convertirse en padres, vino el primer gran reto para conseguirlo: “Mi edad. Quería ser madre, pero tenía 38 años, ya no es tan fácil”. Fue entonces que comenzó aquel proceso lleno de momentos agridulces, como la pérdida de un embarazo: “En la revisión mensual empiezo a verle la cara al ginecólogo que nos dice, les tengo una mala noticia: ‘No hay bebé. Tu cuerpo hace todo para recibirlo, fabrica la bolsita donde va el bebé, pero no hay producto’. Me tuvieron que hacer un legrado, nadie se enteró”, confesó por primera ocasión Anette Michel sobre aquel doloroso episodio en su vida.
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El especial significado de su nombre
Luego de la pérdida, la pareja experimentó el momento más especial de su vida: “A los cuatro meses ya estaba embarazada”, recordó la actriz. Antes de conocer el sexo del bebé, Anette Michel acudió con su santo de confianza para hacerle una petición muy particular y una promesa que cumplió con la elección del nombre de su hijo: “Yo fui a hablar con San Nicolás de Bari, yo no quería tener una niña, entonces le dije: ‘Si me haces el milagro de que sea varón, le pongo tu nombre’, en cuanto supe que era niño, ya sabía que se iba a llamar Nicolás”, contó la actriz quien también reveló cómo está educando a su hijo: “Trato todos los días de hacerlo todos los días un ser humano con los valores necesarios y con la estabilidad emocional, para que pueda salir adelante por si mamá o papá o ninguno de los dos está”, añadió.