Hace unos meses, Ana Araujo sorprendió a sus seguidores al dar a conocer su relación sentimental con el fotógrafo Marco Lavin . Muchos pensaban que ella seguía con Pablo Lyle, padre de sus hijos, y quien se encuentra cumpliendo una pena en prisión por homicidio involuntario. Su decisión de seguir adelante con su vida amorosa el valió numerosas críticas, mismas que ella tomó con madurez y sabiduría. Ahora, la influencer ha revelado que su matrimonio con el actor estaba llegando a su final cuando sucedió aquel mediático incidente que cambió el destino de su familia.
Ana compartió su testimonio en La Magia del Caos, el podcast de Aislinn Derbez, revelando que, al momento en el que Pablo fue arrestado por el homicidio imprudencial de Juan Ricardo Hernández en 2019, ya se encontraban en proceso de divorcio. No obstante, decidió poner pausa la separación para apoyarlo en su batalla legal en Miami.
“Para mí fue un parteaguas muy importante, porque Pablo y yo ya estábamos en proceso de divorcio cuando todo esto sucedió. A mí si me agarra muy desprevenida, porque no tenía nada planeado”, contó la también empresaria al recordar aquel incidente vial que derivó en la muerte de una persona y en la detención de Lyle.
Ana confesó que antes del problema legal de Pablo, ya habían enfrentado desafíos en su matrimonio. “Ya habían pasado situaciones en nuestra pareja que ya nos había llevado, sobre todo a mí, a tomar esta decisión, fueron situaciones con las que yo ya estoy bien tranquila y bien en paz, por cualquier cosa que se pueda decir al respecto, ya la sanamos”, comentó.
El bienestar de su familia, su prioridad
Si bien Ana y Pablo ya habían decidido tomar caminos separados, ante la delicada situación que se suscitó, la influencer consideró que era su deber velar por el bienestar de su familia. “Estábamos empezando ese proceso y cuando sucede todo esto, para mí sí fue como: ‘Dios, ¿qué hago?’, pero la verdad es que, al verlo tan tocado a él, no había manera que yo quisiera seguir con ese proceso, entonces dije: ‘Olvídate ahorita de esto, vamos a ver primero lo tuyo’”, recordó.
“Yo tomé esta decisión de guardar en un cajón, lo que yo sentí y lo que yo quería y decidir por la familia, estar con él, porque haya pasado lo que haya pasado en nuestra relación, la verdad es que siempre hemos sido muy buenos amigos, entonces no había manera de que yo lo dejara solo”, compartió.
La exexposa de Pablo recordó que durante el proceso legal de Pablo tuvo dudas sobre separarse del actor, pero al final, se mantuvo firme en su decisión. “Al empezarlo a ver como esta persona vulnerable, roto, reconstruyéndose, a mí me hizo pensar: ‘¿Será que sí me quiero separar o no?’, pero al final como me decía mi psicóloga: ‘Si en una relación los pilares no están fijos, lo que sea que construyas arriba se va a caer’”, explicó.
Entonces, cuando Lyle estaba a la mitad de su proceso legal, ella retomó el divorcio. “Nosotros llevamos terapia de separación, llevábamos tres meses de terapia, ya cuando decidimos separarnos. Pasa todo este tiempo, él obviamente se derrumba, pero se empieza a hacer fuerte, porque se hace cargo de su situación y de sí mismo, pasan dos años y yo viviendo una vida bien triste, gris, sola en mi casa, con muchísimo trabajo”, contó.