Siete meses atrás el espectáculo mexicano se cimbró con la repentina muerte de Julián Figueroa, hijo de Maribel Guardia y de Joan Sebastian. A un tiempo del deceso, Maribel ha abierto su corazón como pocas veces para hablar de lo sucedido, revelando el profundo dolor que aun la invade al recordar a su primogénito y como ese día, tras concluir una de las funciones de la obra de teatro en la que participa, recibió la fatídica noticia que cambió su vida para siempre. Refugiada en la fe, el apoyo de su familia y en su pasión por el trabajo, es como ha podido salir adelante, conservando el recuerdo de su hijo como uno de los tesoros más preciados para ella, según ha compartido en la íntima conversación con la periodista Matilde Obregón con quien guarda una amistad muy cercana.
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Maribel recuerda el día de la muerte de Julián
Sincera, Maribel conversó sobre lo sucedido ese domingo en el que llamó su atención que su hijo Julián aparentemente siguiera durmiendo hasta tarde. Sin embargo, debido a la prisa que tenía por salir a tiempo a sus compromisos en el teatro, sólo preguntó por él a su nuera, Imelda Garza. “Cuando salgo del teatro, ya en la tarde yo había hablado con mi esposo porque cuando yo me levanto el domingo Julián no se había levantado y yo andaba a las carreras como siempre… salgo, le toco la puerta a mi nuera y le dije: ‘¿Y Julián?’, me dice: ‘Tía, está en el cuarto pero creo que no durmió bien’, él tenía un cuarto donde tenía juegos, libros, tenía una biblioteca entera, le encantaba leer…”, recordó durante su charla con Matilde, visiblemente conmovida hasta las lágrimas.
Maribel tiene muy presente que, a pesar de haber salido a trabajar, una especie de preocupación y presentimiento la invadió, por lo que se puso en contacto con su esposo, Marco Chacón, quien se encontraba en Costa Rica de viaje en esos momentos. “Camino al teatro le hablo a Marco y le digo: ‘Julián no se ha despertado, estoy preocupada’, me dice: ‘No preocupes, vete a dar la función y yo le hablo a Imelda para que lo vaya a despertar’. En el intermedio le hablo a Marco y me dice: ‘Parece que pasó un problema en la casa, como que se pelearon Ime y Julián, pero no te preocupes’… Termina la función, le doy gracias a la Virgen, Mari, mi sobrina, está conmigo, le digo: ‘Mari, parece que se pelearon Julián e Imelda, y Marco dice que no vayamos ahorita a la casa, que vayamos a cenar algo… claro que ya Marco sabia todo y la pobre Imelda ya había pasado el trago más amargo…”.
Maribel se entera de la muerte de su hijo
En la íntima plática, Maribel contó que su esposo Marco dio instrucciones a Imelda de despertar a Julián. De inmediato, la joven ingresó a la habitación y al no obtener una respuesta colocó un espejo bajo la nariz del cantante, sin observar señal alguna que pudiera indicar que estaba respirando. “Le hablo a Marco y me dice: ‘Ya vete para la casa, cuando vamos a la mitad le vuelvo a hablar y me dice: ‘Julián está muerto’. Agarré el teléfono, lo tiré contra el vidrio, empecé a pegar gritos como loca. Fue lo más triste, lo más doloroso que me ha pasado en mi vida, y ya llegar a la casa había mucha prensa allá afuera. Yo me meto y a los cinco minutos llegó toda la prensa, pero cuando yo me enteré en las redes sociales ya lo habían publicado…”, relató sin poder contener el llanto.
En la plática, Maribel evocó el instante en que además se enteró del embarazo de Julián y de esos años en que cuidar de su hijo le permitió vivir con ilusión cada etapa, como las Navidades en Costa Rica, una de las épocas favoritas del fallecido intérprete. Más allá de todo, la cantante y actriz asegura sentirse tranquila por una sola razón. “Todo lo que llenó mi alma ese niño, todo el amor que me dio, no tengo con que pagarlo. Pero ese día fatídico que yo entré a ese cuarto y me encontré a mi niño. La única alegría que yo encuentro en todo esto es pensar que murió dormido porque estaba con sus ojitos cerrados, tranquilo, con su piernita cruzada, entonces en medio del dolor eso me dio mucha paz… Verlo ahí dormido yo quería como que despertara, le agarraba las manos, le besaba los pies… El problema del duelo es que tú crees que va a pasar rápido pero no pasa rápido…”, confesó.