Acapulco es uno de los lugares más queridos y entrañables para Roberto Palazuelos. Originario del puerto, está dispuesto a colaborar con lo necesario y apoyar a los damnificados por el paso del huracán Otis, el cual dejó una estela de devastación en el estado de Guerrero. Como muchos famosos, el actor también posee una propiedad en la bahía, su famosa Casa de la Ensenada, sitio de gran valor sentimental para él y que, por fortuna, dada su ubicación, pudo permanecer casi a salvo de los embates provocados por los fuertes vientos con velocidad de 250 a 270 kilómetros por hora. Abierto a compartir sus percepciones tras la tragedia, el también empresario dio detalles de cómo ha vivido estos días, un periodo emocionalmente complejo, aunque sin perder las esperanzas de que con el apoyo colectivo el reconocido centro turístico podrá resurgir.
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¿Cómo afectó el huracán a la casa de Palazuelos?
Sincero, Roberto habló de los estragos provocados por Otis en su residencia, la cual no se vio del todo afectada como ocurrió en otras áreas del puerto, según explicó. “Mi casa está golpeada pero no tanto, la voy a levantar rápido. No se me rompió nada de mis estructuras yo creo que me protegió la montaña, la más grande. Estoy como adentro de la montaña, yo creo que eso fue lo que me salvó…”, dijo en entrevista telefónica con el programa televisivo De Primera Mano, espacio en el que además hizo mención del apoyo que ha puesto en marcha a través de su fundación, la cual brindará comida a los más necesitados en estos instantes. Para esta labor, ha sido respaldado por su primo, Eduardo Palazuelos, así como por su tía Susana, quien prestará las estancias de su salón de banquetes para recibir a las personas.
Roberto Palazuelos admite sentirse devastado
Encontrarse con un Acapulco transformado debido al paso de Otis ha removido emocionalmente a Roberto, quien lamenta que, a pesar de la tragedia, también se propague la desinformación a través de diversas vías. “Yo llevo una semana devastado, con el ánimo muy bajo, veo todas las imágenes de todos mis paisanos. Luego también han estado corriendo un chorro de fake news (noticias falsas), que si dejan pasar, no dejan pasar, que si esposaron a gente…”, explicó durante la charla, en la que instó a los donadores a enviar artículos para los bebés, especialmente pañales, cremas y todo lo necesario para brindar atención a los niños afectados. Así mismo, advirtió podría prolongarse la reconstrucción de los inmuebles en el puerto, especialmente los de la zona turística, pues ese tema, señala, dependerá de las negociaciones con las aseguradoras encargadas de evaluar los daños.
En su plática, el llamado Diamante Negro expresó su orgullo por la disposición y colaboración de los habitantes del puerto, quienes han permanecido firmes, trabajando para recobrar la normalidad de su entorno. Más allá de eso, la oleada de sentimientos ante la devastación es constante, según afirma. “De repente te aceleras, te enojas, te entristeces, te da una impotencia. A mi casa me tardé ocho días en llegar y tuvieron que entrar con motosierras… porque no se puede pasar por la calle, entonces es una tragedia de gran magnitud. Pero lo que sí te puedo decir es que me da mucho gusto que veo que mucha gente quiere mucho a Acapulco, que Acapulco no está solo…”, apuntó.
Llama a tomar precauciones
En la entrevista, Palazuelos destacó la importancia de actuar con inmediatez ante la presencia de fenómenos naturales como los huracanes. En el caso de Acapulco, afirma, no había una estrategia a seguir que pudiera poner a salvo a los habitantes. “No hay plan B, ¿en dónde está el refugio? Pues no hay refugio. Entonces, no nada más era una cuestión de avisar o no avisar, sino que las entidades federativas que corren estos riesgos tiene que tener protocolos de seguridad muy marcados…”, dijo. Palazuelos además recordó cómo vivió el huracán Wilma en 2005, poniendo de ejemplo esta situación para destacar la importancia de pensar en los bebés que pudieran estar sufriendo en estos instantes. “Cuando yo viví lo de Wilma me quedé atrapado con mi bebé de un año, por eso hago hincapié en los pañales y las cosas, porque yo lo viví lo que es no tener nada con el niño. Cancún estaba deshecho, igual que Acapulco no quedó nada en pie… pero después de eso el pueblo de Quintana Roo se unió de una forma, levantaron Cancún y Cancún resurgió…”.