Aunque hoy esperan felices a Franco Raffaele, su segundo bebé, al inicio de su relación Francisca y su esposo, Francesco Zampogna, vivieron un momento que puso todo a prueba. La ex Nuestra Belleza Latina abrió su corazón en una charla con Alejandro Chabán en la que reveló que, como muchas personas, no estaba acostumbrada a llevar una relación tranquila, sin celos ni peleas, algo que por poco le hace perder al amor de su vida.
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“Casi saboteo mi relación porque entendía que él es exactamente el tipo de hombre que a mí me dijeron que no estaba con chicas como yo”, dijo luego de explicar que desde niña había crecido con limitantes externas de lo que podía o no podía ser por juicios de su físico o el lugar en el que nació. “Empezando la relación me puse un poquito tóxica porque del mundo de donde yo venía eso es muy común”, recordó.
“Vivir con ese desasosiego, los celos es, para muchas personas, definición de amor y para mí en algún momento lo era”, agregó. Incluso mencionó cómo le era extraño que Francesco no la celara en aquellas noches en las que ella salía sola: “Son las 12 y no me llama, ¿qué no me quiere?”, pensaba en ese entonces; sin embargo, su hoy esposo tenía una visión distinta al amor.
El gran cambio en la vida de Francisca gracias a su esposo
La pareja resolvió aquel conflicto y Francisca se dio cuenta de que una relación no debe ser estresante. “Francesco viene de una familia sana, con unos padres que tienen 40 años juntos, cinco hermanos, estable. Él no entendía ese concepto de amor tóxico y yo pude haberlo perdido porque notó mi intensidad, pero lo manejó diferente”, expresó.
Francesco enfrentó a su novia y con una pregunta cambió todo el panorama: “Me dijo: ‘¿Eres consiente de que una pareja se junta para estar feliz y en paz, no?’”. Aquella reflexión ayudó a Francisca con su proceso de cambio y hoy vive un amor diferente al que había conocido: “¿Cuál es el punto de estar en una relación donde no puedes dormir tranquilo, con seguro en tu teléfono, en donde tienes que llorar y drama todo el tiempo? No hay sentido. La gente se junta con alguien que te dé paz, no significa que en el camino no va a haber problemas, pero se resuelven desde el amor, desde la paz”.
La comunicación y comprensión de ambos tuvo un buen resultado, pues ahora Francisca y Francesco viven plenos en una relación llena de dicha. En tres meses más, su familia recibirá a un nuevo integrante, Franco, quien llegará para convertirse en hermano menor de Gennaro. Y aunque nada está dicho, podría ser que en un par de años más los felices papás reciban a un ercer bebé, la niña que tanto anhela Francisca.