El libro de Britney Spears, The Woman in Me, todavía no se estrena y ya ha dado mucho de qué hablar. Si se esperaba que en él se tocaran algunos temas polémicos, nadie veía venir el huracán que se desataría ante las revelaciones que ya se han conocido a través de los primeros fragmentos promocionales que se han publicado. Por supuesto, lo que causó todo un torbellino fue la confesión de Britney, quien por primera vez habló del embarazo que interrumpió hace dos décadas, porque Justin Timberlake -su pareja de aquel entonces- no estaba preparado para ser padre. En un ejercicio de completa honestidad, la cantante confesó que se trató de una situación agonizante y que de haber dependido de ella, jamás hubiera sucedido. Alrededor de esa relación, también habló de la comentada infidelidad por la que acabó su relación, mientras que Justin no se ha pronunciado de ninguna manera al respecto. A pesar de que esto ha dado mucho de qué hablar, no ha sido lo único que ha llamado la atención, y es que Britney ha hablado largo y tendido de la conservaduría bajo la que vivió durante años. Como ha de recordarse, su padre hizo uso de esta figura legal bajo la que mantenía total control sobre ella, a pesar de ser una mujer adulta. Pasaron años, y varios intentos, antes de que la cantante pudiera recobrar su libertad a través de un doloroso juicio público, en el que sus fanáticos siguieron atentamente todo lo que sucedía alrededor del caso. Aunque Britney recobró su libertad, han quedado dudas de cómo es que esto funciona y qué es lo que pasaba en aquel entonces, así como la fracturada relación con su familia, algo sobre lo que también habla en la publicación que saldrá al mercado el próximo 24 de octubre en Estados Unidos.
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Las palabras de Britney Spears sobre la conservaduría
A través de uno de los fragmentos publicados por People de estas memorias, se puede leer: “Trece años pasaron conmigo sintiéndome como la sombra de mí misma. Ahora recuerdo a mi padre y sus socios teniendo control sobre mi cuerpo y mi dinero por tanto tiempo y me hace sentir enferma. Pensar en cómo muchos artistas masculinos apostaron todo su dinero; cómo muchos han abusado de sustancias o tienen problemas de salud mental. Nadie intentó quitarles su control sobre su cuerpo y su dinero. No me merecía lo que mi familia me hizo”, dice enfática, en retrospectiva, después de que la conservaduría fuera eliminada después de un doloroso juicio público en el que la gente pudo enterarse de las condiciones bajo las que Britney vivía.
Se sabe, que en otro de los fragmentos, Britney apunta a que se sentía como una niña otra vez, pues esta herramienta legal que está reservada para las personas que no se pueden hacer cargo de sí mismas, remueven los derechos de un adulto sobre sus propias decisiones. “No había manera de comportarme como un adulto, ya que no me trataban como un adulto, así que tenía regresiones y actuaba como una niña pequeña; pero luego mi yo adulto aparecía, solamente que mi mundo no me permitía ser un adulto. La mujer en mí fue sometida por un largo tiempo. Querían que fuera salvaje en el escenario, de la forma en la que ellos me decían que fuera, y que fuera un robot el resto del tiempo. Me sentía como que se me privaba de todos esos buenos secretos de la vida –esos supuestamente pecados fundamentales de indulgencia y aventura que nos hace humanos-.Querían quitar esas cosas especiales y mantener todo tan rutinario como fuera posible. Era la muerte para mi creatividad como artista”, escribe en un fragmento que parece ha sido la raíz del título que se ha elegido para estas memorias.
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Según se ha podido ver a través de los distintos fragmentos de esta biografía, todo apunta a que esta situación y las secuelas de ésta, son piedra angular de lo que sucede alrededor de la vida de Britney, quien en entrevista a través de correo electrónico con People, recalcó: “Lo primero en lo que pienso es el no tener un momento de paz, el juicio de extraños que ni siquiera me conocen. El que mi familia y el gobierno me hayan arrancado mi libertad. El haber perdido la pasión por las cosas que amaba”.
Su alter ego en el escenario
Según explica en distintos momentos, el equipo que la manejaba, encabezado por su padre, querían que fuera una sobre el escenario y otra debajo de él: “Me convertí más en una entidad que una persona sobre el escenario. Siempre había sentido la música en mis huesos y mi sangre, ellos me robaron eso. Si me hubieran dejado vivir mi vida, sé que hubiera seguido mi corazón y hubiera salido de esto de la manera correcta, y hubiera funcionado”.