Las aguas del Mar Mediterráneo se convirtieron en el escenario perfecto para que el chef Juan Manuel Barrientos, propietario de los restaurantes Elcielo, le propusiera matrimonio a su novia, María Antonia Idárraga. La pareja, que lleva junta más de dos años y medio, se encontraba de viaje por Italia para celebrar por adelantado el cumpleaños 26 de la modelo colombiana, y la travesía por esta encantadora parte de Europa se convirtió en algo mucho más especial y digno de recordar en su historia de amor.
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“María Antonia estaba estudiando intensivamente francés en Niza, yo estaba visitando mis restaurantes en Miami y Washington DC, haciendo pruebas de menú con mis equipos como suelo hacer cada mes. Además, acabo de abrir mi primer restaurante Elcielo a la carta: Elcielo en el hotel SLS de South Beach. Le propuse encontrarnos en Roma, pero ella no sabía que le tenía de sorpresa un viaje relámpago a la Costa Amalfitana. Recorrimos Positano, Amalfi, Capri y Sorrento”, cuenta a ¡HOLA! Américas el famoso chef, acreedor de estrellas Michelín por sus restaurantes en Miami y Washington DC.
El colombiano había planeado todo para que su novia no sospechara nada. Incluso hizo bromas sobre la propuesta, con las que logró despistarla. “El día del compromiso, alquilé un bote y la llevé de Positano a Capri. Tras visitar la cueva Azul, muy cerca está la cueva verde que es más pequeña y uno la puede recorrer nadando, justo a la entrada a la cueva, le pedí al capitán que parara el yate y le pedí a ella que nos tomáramos una foto antes de saltar al agua”.
La sorpresa vino cuando él se puso en una rodilla para pedirle a su amada que pasaran el resto de sus vidas juntos en matrimonio. “Posando para la foto, la tomé por sorpresa: me arrodillé y le entregué el anillo, ella se comenzó a reír y no me creía porque hasta el día anterior le había hecho muchas bromas sobre el tema, entregándole anillos de juguete, incluso hasta le hice uno con una rama de lavanda. Fuera del despiste con falsos anillos, para confundirla aún más, no pedí la mano dentro de la gruta Azul que hubiera sido lo esperado, esperé que saliéramos de allí para no ser tan evidente.
¡Ella dijo que sí!
Sin embargo, las bromas le hicieron pensar a María Antonia que esta tampoco era una propuesta formal. “Cómo ella no me creyó, en vez de decirle las típicas palabras te quieres casar conmigo le dije: ¡Este sí es de verdad! ¿pero es en serio? ¡Le dije sí, es verdad! Ella emocionada entre risa y llanto me dijo que sí”.
La pareja selló su compromiso con un beso. “Le puse el anillo, nos tiramos al agua, cruzamos nadando la cueva y el capitán nos recogió al otro lado. Y continuamos visitando otros lugares de Capri, brindamos con prosseco y cenamos en Positano”.
Encantada por su compromiso, María Antonia asegura: “Fue un momento mágico, realmente muy lindo. Me tomó por sorpresa porque habíamos hecho muchas bromas al respecto”. Y agrega: “En este tiempo que llevamos juntos hemos aprendido muchas cosas, crecido como seres humanos. Tenemos una relación muy bonita y con demasiado amor. Juanma es una persona con la que me entiendo muy bien, con la que puedo hablar, dialogar, tener todo tipo de conversaciones con transparencia y sin incomodidad”.
Un anillo especial para una mujer única
Desde hace un tiempo, el chef ya imaginaba cómo proponerle matrimonio a su novia, y nos contó los detalles de la sortija con la que la sorprendió. “El diamante lo conseguimos en India y el anillo es muy especial porque lo diseñé e hice yo mismo, asistido por una joyería muy reconocida en Medellín”, explica.
Para agregar más significado a este maravilloso momento de su historia de amor, el chef eligió la mágica Gruta Azul del Mar Mediterráneo por sus aguas azules, su color favorito y el que lo ha acompañado y motivado en grandes momentos de su vida, al grado de llamar a su hija Azul. La idea dio resultado, y ahora ambos se embarcan en la aventura de planear una boda tan mágica y especial como su relación.
“Estoy, como dicen en Medellín, demasiado feliz de poder seguir compartiendo mi vida a su lado y de esta forma tan divertida más. Lo amo profundamente, así como amo a su hija, son mi familia y la de Oliver”, asegura la feliz pareja del chef, quien también es licenciada en mercadeo con una maestría en Marketing digital.