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Han pasado 15 años desde que Sandra Bullock se coronara con un Oscar gracias a su emotiva participación en la cinta The Blind Side, después de una larga y ardua carrera, la actriz se consagraba con una historia de la vida real. La película narraba la vida de un joven que crecía ante la adversidad en la que había crecido gracias al apoyo de una familia que decidía adoptarlo para que pudiera cumplir su sueño de jugar en la NFL. Todo esto venía de la vida de Michael Oher, que antes había sido plasmada en un libro y que llegaba exitosamente a las pantallas grandes. Nadie imaginaría que tanto tiempo después, el ahora retirado jugador de futbol americano, levantaría una denuncia en la corte para pedir a un juez cancelar la conservaduría que la familia Tuohy le habría hecho firmar a través de engaños -de acuerdo a sus abogados-. Y es que según ha narrado en esta petición en la corte, la familia que él pensaba lo había adoptado, realmente le había hecho firmar un poder con el que tenían la capacidad de negociar y firmar contratos con él. Según esta denuncia, ésta sería precisamente la razón por la que los Tuohy habrían podido cobrar una alta suma de dinero por la historia de la película y por las regalías de ésta. Ante esta situación, los Tuohy se han pronunciado ya, negando cualquier mal manejo de a quien ellos se refieren como su hijo. Si se pensaba que esto quedaría en la denuncia, la realidad es que en los últimos días, las cosas se han ido intensificando entre ambas partes.
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La conferencia de los Tuohy
Si Sean Tuohy, padre de la familia, ya había declarado que el procedimiento había sido uno transparente, pues Michael ya tenía más de 18 años y no podía ser adoptado legalmente, además de apuntar que nunca buscaría ganar dinero de sus hijos, ahora han sido sus abogados los que han tomado la palabra. En una conferencia otorgada este miércoles, los abogados de la familia explicaron que cada miembro de la familia, incluido Michael, había recibido alrededor 100,000 dólares por la producción de la cinta. “Michael recibió cada centavo, cada centavo que le correspondía. (La familia) no necesitaba su dinero. Ellos nunca necesitaron su dinero. El señor Tuohy vendió su compañía por 220 millones (de dólares)”, declararon en la conferencia.
En la misma línea de lo declarado previamente por Tuohy, los abogados continuaron hablando sobre la petición de Michael: “Si lo que él quiere es terminarla, es nuestra intención el ofrecerle entrar en un orden consensuado, ya que se relaciona con la conservaduría, y si tienen otros problemas, podemos lidiar con ellos”. Sobre este tema, el equipo legal también ha apuntado al hecho de que aunque Michael ha dicho que se ha enterado recientemente del tema de la conservaduría, él ya lo mencionaba en tres ocasiones distintas en su libro I Beat the Odds, publicado en el 2011.
La postura de Michael
Por su parte, Michael ha sido enfático en su posición: “Ésta es una situación difícil para mí y para mi familia. Quiero pedir a todos que por favor respeten nuestra privacidad en este momento. Por ahora, dejaré que la demanda hable por sí misma y no ofreceré más comentarios”, dijo a través de un comunicado replicado por distintos medios.
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Según lo declarado por su equipo legal a ESPN, los Tuohy y sus dos hijos biológicos habrían recibido 250,000 dólares por la película, así como 2.5% de regalías por ella. De acuerdo con estas declaraciones, Michael no habría recibido ningún porcentaje de estas ganancias por la producción de una cinta basada en su historia. Sumado a esto, en la denuncia que se interpuso este lunes, Michael explicaba que cuando tenía 18 años se le hizo firmar ‘bajo engaños’ lo que él pensaba que era una adopción, pero que recientemente se enteró que de hecho era una conservaduría, que daba a los Tuohy el poder contractual de negociar por él.
Esto ha llamado fuertemente la atención porque, como es sabido, las conservadurías están reservadas para casos en los que el individuo no puede hacerse responsable de sí mismo, algo que no sucedía en la situación de Michael. Ante las preguntas sobre esto, Sean Tuohy declaró al Daily Memphian que se tomó la decisión de hacerlo así para ayudarlo a poder asistir a la universidad que él había elegido y jugar en su equipo bajo las reglas de la NCAA. Según explicó, al tener más de 18 años -edad límite para poderlo adoptar de forma legal-, su abogado sugirió esta figura en la ley, de la que según él, siempre fueron transparentes.