La emoción de la Copa del Mundo Femenina 2023 tiene a todos con la atención puesta en Australia y Nueva Zelanda, en donde se disputan los partidos que han dejado varias sorpresas, como la eliminación de Brasil ante un empate en ceros con Jamaica; o la esperanza puesta en Colombia como el único equipo en cuartos de final. Pero más allá de la pasión deportiva, este año las jugadoras que son mamás y lo dejan todo en la cancha cuentan con el mejor apoyo que podrían desear: el de sus hijos muy cerca de ellas.
Algunas de ellas, como la jamaiquina, Cheyna Matthews, estaba preocupada por alejarse de sus tres hijos por un tiempo considerable, un detalle que los pequeños ya le habían señalado al preguntarle por qué pasa tanto tiempo fuera de casa. En especial porque una semana atrás celebraba el primer cumpleaños de su hijo menor.
Una preocupación menos en este mundial, ya que la FIFA implementó hace dos años medidas para que las madres de familia en busca de la Copa del Mundo no tuvieran que estar alejadas por mucho tiempo de su familia, en especial de sus hijos. Es así como cuentan con espacios ambientados en los lugares de concentración, en donde pueden estar tranquilas al pendiente de los pequeños, usualmente acompañados de alguien más, mientras se enfocan en ganar los partidos.
Esta es una gran opción para jugadoras como Melanie Leupolz, mediocampista alemana, quien viajó al Mundial con su hijo y una niñera. Dado que el torneo se divide en dos países, el niño y la nana permanecen en un campo base de su equipo mientras ella viaja entre estadios para demostrar su talento detrás del balón.
Una situación que va más allá de la igualdad de género, pues el lazo materno no deja de ser tan valioso como el objetivo de cumplir metas profesionales: “Es todo un reto. Es agotador y requiere mucha energía”, expresa la alemana en DAZN sobre cómo logra equilibrar estas dos grandes partes de su vida. Y agrega: “Lo que me motivó es que quería mostrar a las mujeres que se pueden hacer las dos cosas”.
Un gran ejemplo para sus hijos
Entre partidos, las futbolistas no sólo se preparan para el próximo encuentro, sino que disfrutan de sus ratos familiares en un ambiente profesional. Días atrás Cheyna Matthews y Konya Plummer fueron captadas entre risas al ver videos de sus hijos, una emoción que pronto se tornó en lágrimas.
“Quiero que mi hijo vea que soy fuerte, es mi razón por la que sigo adelante”, dijo Plummer llena de orgullo por el ejemplo que dará a su bebé en unos años. Sus colegas, la estadounidense Alex Morgan y la francesa Amel Majri, también están acompañadas de su familia en este Mundial.
Y es que, además de estar al pendiente de sus hijos y compartir esta gran experiencia con ellos, es una excelente manera de relajar la presión por los juegos que acaparan la mirada de los aficionados. “Claro que es agotador, pero cuando llegas a casa y te recibe con una sonrisa, entiendes por qué lo haces”, expresa Melanie Leupolz feliz de sus propios logros.