A dos semanas de que se diera a conocer la ruptura de Sofía Vergara y Joe Manganiello, poco a poco empiezan a surgir detalles acerca de su separación. La expareja ya ha comenzado con su proceso de divorcio, el cual se ha llevado aparentemente en buenos términos, sin embargo, medios como US Weekly reportan que se ha presentado un obstáculo que nos les permitiría seguir adelante: la custodia de su perro Bubbles.
Una fuente cercana compartió a dicho medio que la expareja tiene, entre sus pendientes legales por resolver, la guardia del perro chihuahueño, al cual adoptaron en su matrimonio. “Todavía tienen algunos problemas que resolver, como la custodia de su perro, Bubbles”, señaló el informante. A pesar de esta situación, esto parecería no representar una fricción entre ambos, pues de acuerdo con la fuente, Sofía tiene toda la disposición de llevar su separación en los mejores términos. “Ella espera que puedan avanzar de forma tranquila y justa”, añadió la fuente anónima.
Una semana antes de que se anunciara la separación de los actores, tras siete años juntos, Sofía le dedicó un tierno post a la perrita, en la que dejó ver la curiosa relación que había entre ambas. “¡Feliz cumpleaños número 10 mi dulce Bubbles! No importa cuántas veces me muerdas, te amaré por siempre”, escribió. En la foto, se aprecia al ‘festejada’ con un pastel decorado con flores de betún en color rosado con una figura de un flamingo al centro.
La compleja relación de Bubbles y Sofía Vergara
Lo cierto es que, a pesar de que en un inicio Bubbles era para Sofía, al final la mascota terminó encariñándose más con Joe Manganiello. A su paso por el show de Ellen DeGeneres en 2021, la actriz de Modern Family reveló que Bubbles, literalmente, le ‘robó’ la atención de su marido. “No tengo perro, no es mío, es de Joe”, dijo en un tono cómico. “No sé siquiera por qué sigo viviendo con ellos”, indicó. “Era para mí, la adopté para mí, pero llegó a casa y me ignoró por completo. Se fue directamente con él. (Bubbles) ella ha tomado todo lo que era mío, no es chistoso, es una cosa horrible. Se quedó con mi esposo, con mi cama. Ellos duermen juntos y yo lo hago sola en la otra mitad, es extraño, pero debo decir que no es culpa de Joe, es culpa de ella, está obsesionada”, añadió entre risas.
“Ella me odia, cuando él tiene que salir por trabajo o cualquier otro motivo sabe que debe quedarse en casa conmigo, que tiene que lidiar conmigo, pero nunca hacemos contacto visual, siempre está mirando hacia el exterior. Si la coloco en mis piernas ella está viendo hacia la entrada, pendiente de cualquier sonido o cosa”, contó la colombiana de 51 años. “Ella no disfruta el tiempo conmigo, solo es como: ‘Sé que me debo sentar contigo porque eres la otra persona que habita esta casa’”.