La belleza de Salma Hayek es innegable y todo es gracias a su rutina especial que la ha alejado por completo de tratamientos estéticos, como el Botox. Orgullosa de ello, la actriz de 56 años se sinceró en el podcast de Kelly Ripa, en donde no sólo confirmó que no ha recurrido a inyecciones en la cara, sino que todo viene desde el interior.
“Sin Botox”, aseguró Salma al hablar de su ruina de belleza, que va más allá de cremas y sueros caros. La originaria de México explica que encontró una extraña meditación con la que siente cómo la energía baila por todo su cuerpo, y es gracias a ello que su look es admirado por millones de personas en el mundo, quienes apenas pueden creer su edad.
“La meditación, cuando la hago, la gente que me ve al salir de la habitación me dice que parece que tengo 20 años”, agregó emocionada por los resultados que obtiene de este método nada invasivo y que, además, le permite conectar con otros aspectos de su mente y cuerpo.
Incluso, asegura que cuando no hace espacio en su agenda para la meditación, empieza a notar efectos negativos como flacidez; a la par, los achaques físicos son más notorios, como su hernia de disco, un problema con su cuello, cadera y tobillos. “Empiezo a desmoronarme”, asegura.
El otro secreto de Salma para lucir eternamente joven
Si bien atribuye los resultados a la meditación, no es lo único que hace para cuidar de su cutis. La esposa de François-Henri Pinault y madre de Valentina Paloma, le tiene mucha fe a las máquinas de radio frecuencia que ayudan a que circule mejor la sangre, se produzca colágeno, disminuyan las cicatrices y la flacidez; aunque, en el caso de Salma, parece tener mejores resultados que otras mujeres.
Al ver los buenos resultados, la opinión de Salma en cuanto al Botox cobra más sentido. Y es que años atrás, en una charla con DuJour, reveló que no era muy fan de aquel tratamiento tan famoso entre la gente, ¿la razón? “Tu cara no se mueve y tienes que inyectarte Botox toda tu vida, cada vez más”.