Heredera del talento de su familia, Romina Poza, hija de Mayrín Villanueva y Jorge Poza, ha labrado su propio camino en la industria del entretenimiento, la cual comenzó a conocer a una edad temprana, pues desde que era una niña visitaba con frecuencia los foros y los montajes de los proyectos en los que participaban sus famosos padres, convirtiéndose así en testigo de cada uno de sus éxitos. Dada su cercanía con el mundo de las cámaras y los reflectores, no resulta extraño que la joven se sintiera atraída a seguir los pasos de sus progenitores, dos grandes estrellas de la televisión mexicana; sin embargo, tomar la decisión de dedicarse a la actuación no fue sencillo para Romina, quien recientemente confesó que enfrentó una serie de temores que la hicieron dudar del camino que quería recorrer a nivel profesional.
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Romina Poza habla de su temor de ser actriz
Romina fue una de las invitadas de la última emisión del programa Montse&Joe, donde compartió foro con Lucero Mijares, hija de Lucero y Manuel Mijares, y Arath de la Torre, quien se mostró muy entusiasmado de haber coincidido con la hija de Mayrin, que, a su vez, resaltó que conoce al actor desde su infancia, puesto que su mamá trabajó a su lado en el melodrama Una familia con suerte: “Me acuerdo muy bien. Fue una novela en la que pues estuve mucho tiempo ahí (en el set de grabación)... Me gustaba mucho verla”, comentó la joven refiriéndose al impacto que tuvo ese proyecto en su vida debido al prolongado tiempo que pasaba en el foro acompañando a su mamá.
Además de recordar su fascinación por aquella telenovela -cuya historia llegó poco después al teatro-, la actriz se sinceró sobre lo difícil que le fue reconocer su pasión por la actuación. “Como les digo, desde chiquita siempre he estado metida ahí y si tenía función estaba yo en el teatro, me echaba todas las funciones. Yo me la aventaba toda, me la sabía de memoria, pero más bien el yo aceptar que quería ser actriz fue un proceso difícil”, indicó la intérprete, de 22 años, que este año hizo su debut en las telenovelas por la puerta grande con Vencer la culpa, producción de Rosy Ocampo en la que comparte créditos con Claudia Martín, Matías Novoa, Carlos Ferro, Helena Rojo y Gabriel Soto.
La intérprete, de 22 años, abrió su corazón sobre obstáculos que ella misma se impusó por el temor a cumplir su sueño: “Tenía mucho miedo y limitaciones que yo solita me fui poniendo. Acabé toda mi escuela hasta prepa, entré a estudiar a la universidad porque yo estaba en: ‘no, yo no voy a querer eso, yo voy a hacer otra cosa’”. No obstante, Romina descubrió que su vocación era estar frente a las cámaras: “Muy dentro de mí quería, pero me daba mucho miedo”, comentó antes de asegurar que su confusión no se debía a las carreras de sus padres sino simplemente sentía temor: “Era miedo, sí, porque me encantaba verlos y estar ahí atrás de las cámaras viendo lo que hacían para mí era fascinante”.
Su sincera charla con Mayrín Villanueva
Antes de obtener su primer protagónico en Televisa, la hija de Mayrín ya había debutado en la pantalla chica con Isla Brava, serie de VIX estelarizada por Fernanda Castillo y Erik Hayser. Durante la promoción de esta producción, Romina ofreció una entrevista a su tío Jorge Poza, con quien compartió la franca conversación que tuvo con su mamá, que le hizo percatarse de que quería estar ante las cámaras y no detrás de ellas como creyó al iniciar sus estudios: “Quería estar en el medio, pero me daba miedo aceptar que quería estar en frente (...) Empecé a estudiar y empecé a jugar a que casteaba y hacía castings y los mandaba y cuando me daban call-back, decía: ‘no, ya no’, y pues fue un momento que hablé con mi mamá y me dijo: ‘Romina, deja de hacerte, lo que tú quieres es estar acá, deja de jugar y hazlo’, yo dije: ‘Bueno, tiene razón, me da miedo, pero lo voy a hacer y aquí estoy’”, comentó el mes pasado esbozando una gran sonrisa y feliz de haber conquistado su sueño.