En medio del complicado momento que vive por el reciente fallecimiento de Julián Figueroa, su viuda, Imelda Garza Tuñón, habló en un encuentro con la prensa de cómo ella y Maribel Guardia han cerrado filas para acompañarse en su duelo, siendo José Julián, el hijo que la joven procreó con el cantante, el principal pilar de ambas para mantenerse en pie y continuar adelante. Con el corazón en la mano, Imelda mencionó lo agradecida que está por el apoyo que ha recibido por parte de su suegra a lo largo de este difícil proceso, en el que, explicó, han recurrido a la ayuda de una tanatóloga para hacer frente a la dolorosa pérdida del hijo de Joan Sebastián.
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Su fuerte unión con Maribel Guardia
Resaltando la gran relación que tiene con Maribel, la cantante habló del enorme cariño que existe entre ellas y lo indispensable que ha sido para ella contar con su compañía en estos últimos meses. “Ha sido un gran apoyo, la verdad es que me trata como si fuera su hija y eso me hace sentir más cómoda, me hace llevar un duelo más tranquilo”, comentó en la entrevista difundida por la reportera Berenice Ortiz, en la que también Imelda habló del altar que tienen en su hogar dedicado a la memoria de Julián: “Todas las noches le prendemos una velita para que siga buscando la luz, que sabemos que está en la luz, pero igual se nos hace como bonito y le prendemos también un incienso… Mientras estemos vivos, yo creo que se va a quedar ahí (el altar)”.
Más adelante, la cantante abrió su corazón para relatar cómo vivió los días posteriores al fallecimiento del padre de su hijo. “Me ven así fuerte, pero me encerré dos semanas”, comentó señalando que tiene algunas lagunas mentales de lo que sucedió durante el periodo de luto, “No recuerdo todo el novenario, yo recuerdo como tres días, y los tres todos desordenados, ni siquiera así como lunes, martes, miércoles, o sea, recuerdo jueves, luego lunes, así horrible, entonces no sé qué pasó antes y después… (Estaba) viviendo la vida en piloto automático, luego recuerdo que me encerré como dos semanas, y dije: ‘ya no puedo estar así’. Subí cinco kilos… por la depresión”.
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Imelda Tuñón sobre cómo su hijo vive el duelo
La viuda de Julián indicó que ha sido lo más transparente posible al momento de responder las dudas de su hijo, de seis años, por supuesto, siempre buscando la mejor manera de explicarle la situación de acuerdo con su edad: “Yo le tengo el libro abierto, que pregunte lo que él quiera, de hecho yo le dije: ‘Mi amor si no entiendes algo, por favor, pregúntame y yo te lo explico', en todo el proceso. Se lo he explicado de la manera más infantil que he podido”.
Imelda comentó que en un inicio su hijo atravesó por un mar de emociones encontradas, que con el tiempo y su guía ha logrado dejar atrás: “Él gracias a Dios ahorita está muy bien, está estable emocionalmente y pues sigue en su escuela, ya va a pasar a primaria. Al principio estaba enojado, decía que su papá lo había dejado, le dije que no (...) le expliqué que la muerte no sucede porque uno quiera, o sea, tú no te quieres ir sino que te vas porque así lo decidió Dios, pero que él sigue viviendo en su corazón y que lo está viendo desde el cielo y que así va a ser siempre”.
Ante los cuestionamientos de la prensa, la cantante se refirió sobre el destino de las cenizas de Julián, ya que existe la posibilidad de que una parte sea trasladada a Juliantla, Guerrero, lugar del que era originario Joan Sebastian: “Si la decisión es de toda la familia, por supuesto que sí lo apruebo (...) Yo quiero que esté en la casa conmigo y con mi hijo, o sea, lo que yo más quiero es eso, si alguna parte de sus cenizas tuviera que ser llevada a Juliantla, por decisión de toda la familia no me opondría, pero para mí lo mejor y lo más bonito es que esté ahí con nosotros”.