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Tal como lo planeó en vida, Rebecca Jones recibió una emotiva despedida. Los amigos más cercanos a la actriz fueron los principales testigos de este homenaje en el que hubo música, recuerdos y aplausos para una de las estrellas más destacadas en el espectáculo mexicano. El evento privado, para el cual ella dejó instrucciones específicas, según su amiga Ana Celia Urquidi, fue denominado por Jones como su “última función”, un deseo cumplido que se llevó a cabo a poco más de dos meses de su fallecimiento. A lo largo del encuentro se destacó la prolífica trayectoria de la intérprete, quien trabajó hasta los últimos días de su vida siempre apasionada por su profesión, a la que se dedicó desde que era muy joven.
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La cita fue en el teatro Telón de Asfalto de la Ciudad de México, espacio en el que se colocó al centro la urna con sus cenizas, la cual fue acompañada con una fotografía de Rebecca en gran formato. La entrada fue marcada por el tema She, de Elvis Costello, pero esta vez interpretado por la actriz y cantante de musicales, Majo Pérez, uno de los instantes más conmovedores de este momento. Varios famosos como Ana Serradilla, Luis Roberto Guzmán, entre otros fueron parte de los invitados que recordaron con aplausos a Rebecca, quien fue muy discreta en todo momento al abordar públicamente los acontecimientos ligados a su vida privada y a su estado de salud, esto desde que años atrás le fue diagnosticado el cáncer.
Los ausentes en el homenaje
La llegada de los famosos al recinto acaparó la atención de la prensa, aunque los grandes ausentes en esta ocasión fueron su exesposo, Alejandro Camacho, así como el hijo que ambos tuvieron en común, Max. Sin embargo, se sabe que el joven estuvo muy involucrado en los preparativos del homenaje, mientras que en este momento, permanece fuera del país por motivos de trabajo. Como si se tratara del estreno de una puesta en escena, sus amigos del teatro, el productor Rubén Lara, fue el encargado de dar la primera llamad, mientras que Francisco Franco la segunda y Antonio Serrano la tercera, un especial detalle con el que se evocó su pasión por los escenarios y el compromiso con el que se entregó a este oficio a través de los años.
La última voluntad de Rebecca
En el homenaje, su amiga Ana Celia Urquidi recordó cómo Rebecca le pidió que fuera ella quien se encargara de producir su despedida, luego del fuerte y desalentador diagnóstico médico que recibió estando en el hospital. Urquidi leyó el mensaje que la actriz le mandó por correo electrónico. “La invitación al público dirá: ‘Bienvenidos a la última función de Rebecca Jones; sede, hora y atuendo requerido…”, comenzó leyendo, para luego especificar que aunque Jones quería que todo se realizara en el Teatro El Galéon, esto fue imposible debido a que las autoridades no respondieron a la petición.
En otro momento, Urquidi leyó otro mensaje que ella misma le dedicó a su entrañable amiga, honrando así su memoria y el fuerte lazo que las unió: “No querías un funeral en la típica y común capilla de un velatorio a la que tus conocidos asistiéramos a velar tu cuerpo, tú querías una celebración. Desde el día 22 de marzo que soltaste esta vida, tu hijo Max, que hoy se encuentra fuera del país trabajando en una gira, tus amigos más cercanos Antonio Serrano, Susana Cann, María Safont, Francisco Franco, Danna Vázquez y yo, hemos trabajado para cumplir lo que pediste que fuera tu despedida. Al no ser velada en una funeraria tú lo que pediste era esta fiesta, porque para ti la vida era eso, una constante fiesta a la que había que acudir, eso sí, muy bien vestido. Sobre las instrucciones de Rebecca, agregó: “La función sería anunciada a las 7 p.m. con el debido retraso de un estreno, escribiste, para calcular la primera llamada a las 6:45 y así hasta la tercera para comenzar a las 7:15 con el debido respeto de todos los estrenos… A este evento solo quiero a mis más íntimos que solo tú sabes quiénes son…”.
La última morada de Rebecca
En las instrucciones que la actriz dejó, también habló del sitio en el que deseó fueran colocadas sus cenizas. “Después de la fiesta, si María me lo permite, deseo que Max las deposite en su hermoso jardín de Cuernavaca, bajo el más majestuoso de sus árboles, sino entre tú, María y Max decidan dónde descansará mi cascarón en esta vida…”.
