Durante las primeras horas de este miércoles 7 de junio se dio a conocer que el Papa Francisco será intervenido en la clínica Gemelli en Roma, Italia, debido a una hernia incisional incarcerada. Tras la operación, el Sumo Pontífice deberá permanecer ingresado varios días hasta que los médicos lo den de alta para que pueda continuar con sus actividades. Esta intervención médica ha causado cierta preocupación, pues el Papa Francisco, de 86 años, recibirá anestesia general.
A través de su cuenta de Twitter, la periodista Valentina Alazraki, corresponsal en El Vaticano para Noticieros Televisa, dio a conocer que la cirugía del Santo Padre está relacionada con la diverticulitis que padece.
“El Vaticano informó que después de la audiencia general el papa Francisco ingresó al hospital Gemelli para ser sometido a una operación con laparoscopia en anestesia general por riesgo de oclusión intestinal relacionado con la diverticulis de la que padece”, escribió en un mensaje en su cuenta de Twitter.
Noticias esperanzadoras
En otro mensaje, la también autora de Un viaje al corazón de la fe, dijo que a pesar de que el Papa pasará varios días ingresado, el panorama parece favorable, pues este miércoles El Vaticano reveló el itinerario de viaje del Santo Padre a Portugal, en agosto próximo. “Una noticia tranquilizadora con respecto a la salud del papa Francisco es que hoy mismo el # #Vaticano dio a conocer el itinerario del viaje a #Portugal del 2 al 6 de agosto y abrió las inscripciones al vuelo papal. El motivo central del viaje es la #JMJ (Jornada Mundial de la Juventud)”.
En tanto, el periódico 20 Minutos ha retomado las declaraciones de Marco Scatizzi, presidente de la Asociación de Cirujanos de Hospitales Italianos (ACOI), en las que se señala que el Papa Francisco podrá regresar a casa en un máximo de tres días. “Si todo va bien, el Papa podrá volver a sus actividades rápidamente incluso con el uso de una faja durante algunos meses”, indicó.
Este ingreso hospitalario no es el primero del Santo Padre en lo que va del 2023; en marzo pasado presentó dificultad para caminar y respirar, por lo que fue llevado al mismo centro médico. Tras someterlo a una tomografía computada, se concluyó que el Papa padecía de una infección pulmonar, la cual fue tratada con antibióticos.