El pasado 20 de marzo, Ana Obregón la dio la bienvenida a su nieta Ana Sandra, quien nació en Miami por medio de gestación subrogada. Esta buena nueva no estuvo libre de polémica dadas las circunstancias en que vino al mundo la pequeña, pero la presentadora española ha logrado mantenerse al margen de las críticas y enfocarse en el cuidado de la nena, quien es hija de su fallecido hijo Aless Lequio . Pasado un tiempo desde le nacimiento, la feliz abuela ha decidido dejar la ‘ciudad del sol’ y ha regresado a España con su amada Anita en brazos.
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Este 31 de mayo, Ana fue captada a su llegada a la capital española cargando a la pequeña Anita. La presentadora y su nieta aterrizaron en el Aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas a primera hora. Feliz por regresar a su hogar y con la más tierna acompañante, la celebridad española no dejaba de sonreír.
Ana, de 68 años, se dejó ver en un look primaveral compuesto por un vestido blanco con estampado floral en color azul, tenis casuales blancos y gafas de sol. La pequeña se veía envuelta en una mantita blanca, aunque su cabeza quedaba un poco al descubierto, mostrando un coqueto listón rosa como accesorio.
Las imágenes muestran a la presentadora guiada por dos hombres, probablemente del personal del aeropuerto, abordando un auto negro que ya la esperaba, y también ayudándola con sus maletas y la carriola de la bebé. Si bien fueron apenas unos instantes en los que los fotógrafos pudieron captar a Obregón, fue suficiente para dar cuenta no solo de su regreso, sino también del buen ánimo con el que regresa a su tierra natal.
Su última selfie desde la ciudad que vio nacer a Anita
Apenas el pasado 26 de mayo, Ana tomó su cuenta de Instagram para compartir algunas tiernas fotos junto a su nieta. “Este sería el selfie de mi vida si mi hijo estuviera aquí”, escribió al compartir varias imágenes tomadas frente al espejo en las que se le veía recostada en la cama con su nieta durmiendo plácidamente sobre su pecho.
“Momento con los dos amores de mi vida que algunas personas me querían robar, personas tóxicas con un gran problema, una mente cerrada y la boca demasiado abierta. Son pocas y sus palabras que lanzan como cuchillos me hacen cosquillas después de tener que enterrar a mi único hijo”, agregó en su mensaje, con clara dedicatoria a sus críticos.
“Sin embargo, la mayoría, me lanzáis palabras llenas de empatía y amor que me llegan directas al corazón. Gracias”, finalizó.