Karol Sevilla vivió un sueño hecho realidad cuando fue elegida para estelarizar la serie juvenil, Soy Luna. El programa de Disney, que resultó todo un éxito, estuvo al aire de 2016 a 2018 y durante tres temporadas, la actriz mexicana se convirtió en una de las favoritas del público. Sin embargo, detrás de ese éxito y la sonrisa de Karol, hay una historia llena de altibajos que la joven de hoy 23 años recuerda a detalle, como el día en el que por poco se queda sin su gran oportunidad por el capricho de su entonces mánager.
Luego de un casting lleno de emociones, Karol estaba segura de que se quedaría en el proyecto, aunque no tenía idea de que la habían elegido como protagonista. Ilusionada por ser parte de la familia Disney, empacó sus maletas, y le contó la buena nueva a su papá, hermano y amigos más cercanos.
“Mi papá no sabía nada. Mi mamá y yo le dijimos que nos íbamos a vivir a Argentina, él dice que sí: ‘Vas a cumplir tu sueño, ve’. Mi hermano me dice que vaya a triunfar y a romperla”, recordó en su participación en el podcast Se Regalan Dudas.
Karol y su mamá necesitaban entregar foto del pasaporte para que la productora pudiera comprar los boletos de ida. Pero aquella alegría se vio opacada por su entonces mánager, quien tenía en su posesión el documento de identidad de la actriz.
“Le pedimos el pasaporte y me dijo que no, que no me lo iba a dar. Fuimos a sus oficinas, se lo pedimos y le comenté que tenía una gran oportunidad de trabajo, de irme a Argentina a trabajar con Disney”, comentó en su intento de convencerlo de entregarle su pasaporte. Con celos y por capricho de no dejarla ir, el mánager lo sostuvo en sus manos y frente a ella, lo cortó por la mitad.
“Me dijo: ‘Tú no vas a triunfar. Tú no vas a ser nada sin mí. Tú nunca vas a salir de tu Rosa de Guadalupe en donde te pagan 500 pesos o de tus obras de teatro baratas. Tú no vas a ser nadie sin mí y no vas a ir”, dijo ante la sorpresa de los escuchas.
La oportunidad que el destino tenía para ella
Aunque sintió que sus sueños se venían abajo por lo que acababa de presenciar por una persona tan mala, Karol contaba con la proactividad de su mamá, quien se enfocó en buscar una solución. “Lloramos. Mi mamá decía que teníamos que hablar con la gente de Disney para decirles que no tenemos pasaporte. Pero me llevó a la oficina de trámites a pedir ayuda”, contó.
Aunque necesitaban una cita para pedir el pasaporte, las dos se pararon afuera del lugar, y un trabajador que las vio les dijo que las ayudaría. “Pasamos, me hicieron la foto del pasaporte, me lo dieron... Y al chico nunca más lo volví a ver”, expresó.
Con el nuevo documento pudieron mandar la foto a Disney y al día siguiente ella y su mamá estaban en el avión rumbo a Argentina, en donde la esperaba una nueva vida.