La polémica sobre la separación entre Shakira y Gerard Piqué se extendió hasta sus familiares más cercanos, entre ellos los padres del exfutbolista, Montserrat Bernabeu y Joan Piqué. Desde meses atrás, aparecieron en escena en diversas situaciones que iban desde una mención indirecta en los temas de la colombiana hasta la bruja que Shakira tenía en el balcón de su casa en Barcelona. Por ello, la primera entrevista que Montserrat otorgara a los medios de comunicación era de las más esperadas.
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La madre de Piqué es especialista en Medicina Física y Rehabilitación y tiene un doctorado que avala sus estudios y experiencia, por lo que fue invitada al programa Collapse de la cadena catalana Catalunya TV-3. Ahí, estaba dispuesta a tocar temas de interés profesional; sin embargo, lo que todos esperaban era alguna declaración sobre la situación que vive su hijo en el ámbito personal.
Decidida a no dar declaraciones al respecto y de la manera más educada y tajante, expresó: “Yo tengo una vida profesional y tengo la vida familiar. Cuando estoy en el trabajo soy la doctora Berbaneu y me dedico exclusivamente a eso, me centro en lo que tengo que hacer”.
Con sus palabras se aseguró de que las preguntas sobre la madre de sus nietos quedaran al margen, una condición que ella misma habría puesto al medio de comunicación antes de aceptar la entrevista para la televisión.
El momento más difícil como madre
Si bien puso un alto en la charla a los momentos familiares que vive ahora que Shakira se ha mudado con sus hijos a Miami, Montserrat aceptó hablar de su propio papel como madre. Recordó que uno de los momentos más difíciles que ha vivido con Piqué fue en 2012, cuando en el estadio Camp Nou presenció la lesión de su hijo que la preocupó bastante.
“Recuerdo que en aquel momento estaba en el campo. Cuando lo vi, muy buena cosa no me vino a la cabeza. De hecho, todavía me cuesta hablar de eso”, expresó un tanto emotiva por el miedo que sintió años atrás. Aunque miles de personas tenían los ojos sobre Piqué, ella analizaba afligida cada uno de sus movimientos intentando cuidarlo a lo lejos. “Él siguió jugando, pero no sabía dónde estaba. Estaba desorientado y había sufrido un traumatismo craneal importante”, recordó.