Después del hermetismo con el que ayer se realizó el último adiós a Julián Figueroa, esta tarde, Maribel Guardia, en compañía de su nueva, Imelda Garza Tuñón, rompieron el silencio y salieron a atender a la prensa que desde el domingo en la noche se postró a las afueras de la casa de la actriz. Dando lecciones de fortaleza, la actriz de la puesta en escena, Lagunilla mi barrio, ofreció sus primeras declaraciones tras la dolorosa partida de su único hijo: “Yo les quiero dar las gracias por estar en un momento tan difícil para nosotros. No quise hacer nada en una funeraria, porque Julián murió en la casa y Julián, cuando murió su papá, sufrió muchísimo con que lo trajeran de arriba para abajo, siempre me dijo: ‘Yo no pude llorar bien a mi papá’”, explicó la actriz sobre la decisión de velarlo en su casa.
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Maribel aseguró que esta decisión también tuvo que ver con su nieto, el pequeño José Julián, de cinco años de edad: “Imelda y yo decidimos que mejor lo íbamos a cremar, para que también el bebé no viera su cadáver, porque iba a ser muy traumático para él, necesitábamos vivir este dolor en familia, con gente que realmente conoció y amó a Julián. El día de ayer fue muy importante para nosotras vivir este duelo, que yo sé que apenas está empezando, nos falta mucho camino por recorrer, pero Dios es grande”, reconoció. La actriz también habló de la emotiva misa que ofició el padre José de Jesús Aguilar: “Hizo una misa preciosa donde hicimos un trabajo hermoso de despedirlo, de soltarlo”, agregó. A pesar de la fortaleza que mostró, Maribel no pudo evitar las lágrimas al recordar la esencia de su hijo: “Era mi amor, era mi vida, el niño de mis ojos y ha sido muy duro perderlo, pero Dios me lo dio y Dios me lo quitó, lo entregó en sus manos”, dijo.
Visiblemente conmovida, Maribel pidió al público en general unirse en oración por el eterno descanso de su hijo y por ellos, para que encuentren la fortaleza para continuar sin él: “Les pido a todos los que me están viendo que recen mucho por mi hijo y recen mucho por nosotros para que podamos tener valor. No hay dolor más grande que enterrar a un hijo y pasar por este dolor tan grande, no se lo deseo a nadie, que Dios los bendiga y los guarde en la palma de su mano”. La actriz comentó que por el momento, las cenizas de su hijo descansarán en su hogar: “Yo ahorita no quiero deshacerme de mis cenizas, lo tengo con su San Miguel Arcángel, con la Virgen de Guadalupe, que yo se lo ofrecí a la Virgen cuando nació, entonces la cajita que escogimos tienen una virgencita”, compartió la actriz.
Imelda, viuda de Julián, rompió el silencio a la hora de hablar del especial dibujo que colocaron en el altar donde ahora descansa el cantante. Se trata de un presente que su hijo, José Julián le hizo a su papá sólo unas horas de su partida: “Le hizo de un león grande y un león chiquito, el león grande era su papá y el chiquito era él”, comentó la joven quien se quebró al compartir con la prensa este detalle. Dándole fortaleza a su nuera, Maribel tomó la palabra para contar que el domingo, antes de irse al teatro, su hijo le pidió cinta adhesiva, porque quería colgar el regalo de su hijo, un gesto que sí alcanzó a hacer: “Cuando llegué y encontré muerto a mi hijo estaba en la pared pegado el dibujito con los leoncitos. Se lleva todo el amor de esta familia que lo amó con el alma”, comentó la actriz entre lágrimas.
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Julián Figueroa, un hombre de familia
Maribel también quiso destacar el gran hombre que fue su hijo: “Tenía tanto por recorrer, Julián estaba empezando su carrera, tenía 500 composiciones, montaba a caballo, tocaba el piano, tocaba la guitarra, pero así fue y gracias a Dios me dejó a esta niña tan linda, mi nuera, que la adoro, y a un bebé precioso que tenemos que sacar adelante”, añadió la actriz. Sobre cómo desempeñaba Julián su papel de padre con su hijo, dijo: “La verdad es que era un gran papá, le dedicaba mucho tiempo a su hijo, jugaba con él, lo crío increíble y así es como tenemos que criarlo”. Por último, la actriz dejó claro que, a partir de hoy, ella y su nuera Imelda se encargarán de velar por el bienestar del hijo de Julián: “Es mi amor ese niño y ahora va a ser nuestra labor educarlo y darle alas para volar”, finalizó.