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Luego de la partida de Julián Figueroa, el primogénito de Joan Sebastian y Maribel Guardia, sus últimas entrevistas y declaraciones han sido retomadas para recordar así parte de su pensamiento y la manera en la que asumía la vida. Fue en una de esas recientes charlas que el joven abrió su corazón sobre diversos temas, entre ellos su sentir tras la ausencia de su padre y su postura con respecto a la muerte, palabras que hoy resuenan en medio del duelo por el que atraviesa su familia. Con toda sinceridad, el joven intérprete, que tenía 27 años, habló también de la ilusión que provocaba en él ver crecer a su pequeño hijo, Julián, a quien además deseaba darle un hermanito, según confesó.
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Amable como solía ser con la prensa, Julián platicó a finales de 2022 con las cámaras del programa televisivo El Gordo y la Flaca, espacio en el que mostró un tatuaje que se había realizado en uno de sus brazos. Este diseño en su piel era muy especial para él, pues estaba inspirado en su padre. “Este es un homenaje a mi padre, este era el símbolo de mi papá; fe, amor y suerte…”, explicó, señalando la creación en tinta conformada por las figuras de una cruz y un corazón unido a una herradura. Fue en ese instante en el que expuso su opinión sobre la muerte. “Y yo agregué la calavera porque creo que la muerte es algo que tenemos que tener presente, todo el tiempo, para vivir con intensidad y para recordar que ni siquiera la muerte puede separar el amor que siento por mi padre…”, confesó.
Por esos días, Julián se encontraba enteramente entusiasmado, pues además había finalizado las grabaciones de su personaje en la telenovela Mi Camino es Amarte, en la que compartió créditos con Gabriel Soto. En esa plática, aseguró que Leonardo, el papel que le tocó interpretar, era muy similar a él; un joven dedicado a la música y con la intención de comerse el mundo. “Yo creo que es mi otro yo de un universo paralelo porque nos parecemos mucho…”, dijo en ese encuentro que ha quedado para el recuerdo y en el que hizo evidente el entusiasmo con el que asumía su presente, volcado en su familia y en los proyectos profesionales que tenía en puerta.
Quería tener otro hijo
En confidencia, Julián además habló de lo feliz que le hacía permanecer unido a su familia. En casa, junto a su esposa, Imelda Tuñón, y su hijo de cinco años, trazó los planes de una vida futura. Precisamente, contemplando la idea de tener otro bebé en cuanto el tiempo se los permitiera. “Julián está precioso, tiene cinco años. Es la verdad un privilegio verlo crecer día con día… Sí me gustaría tener otro hijo pero es difícil porque mi esposa también trabaja, entonces tener un hijo sería frenarle a ella su carrera por nueve meses, por lo menos, si no es que más tiempo. Yo aparte de mi carrera artística estoy estudiando psicología y filosofía, entonces es mucha chamba…”.
La ausencia de su papá
Para Julián Figueroa, la muerte de su papá, Joan Sebastian, implicó un duro golpe del que devino un recuerdo permanente que día con día puso de frente su ausencia. Sin embargo, el joven logró continuar a pesar de ese dolor, venerando todo aquello que conformó la personalidad de su famosos progenitor, quien se caracterizó por el enorme apego que tuvo hacia su familia. “Mucho tiempo estuve como en negación. Fue muy duro el shock de perderlo, entonces yo pensaba que estaba más tranquilo de lo que realmente estaba y con los años empecé a sentir cada vez más y más su ausencia. Hoy en día lo siento muy presente a mi padre, sueño mucho con él, recuerdo todas sus maravillosas cualidades, también sus errores pero pienso que fue un ser humano magnífico, sigo aprendiendo muchas cosas de él…”.