A finales de agosto pasado, Carlos Rivera se enfrentó a uno de los momentos más complicados de su vida: el repentino fallecimiento de su papá, don José Gonzalo Gilberto Rivera. A siete meses de haberlo despedido, el cantante abrió su corazón en entrevista con Pati Chapoy, para el programa Ventaneando, donde narró cómo fue enterarse de la partida de su papá estando en España. Por primera ocasión, el originario de Tlaxcala compartió la travesía que fue trasladarse de Tenerife a Puebla para darle el último adiós a quien, en vida, fue su seguidor más fiel: “Siempre dije que era mi fan número uno, porque así era. Sabes que llegaba yo a la casa y lo descubría viendo videos míos de La Academia y fue alguien que desde que me escuchó cantar, creyó en mí”, comentó el cantante.
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Por primera ocasión, el cantante contó que a pesar de que su papá tenía una condición de salud desde hace años, esta enfermedad no estuvo relacionada con su muerte: “Uno nunca está preparado para despedirse de las personas que amas, pero menos cuando es repentino. A pesar de que mi papá tenía Parkinson desde hace muchos años, lo tenía muy estable y él todavía podía valerse por sí mismo. Le dio un infarto fulminante”, explicó. Carlos recordó que, cuando se enteró de la partida de su papá no se encontraba en México, razón por la que manejar la situación a distancia fue muy retadora: “Estaba en España, estaba en Tenerife y fue la pesadilla más grande. Me llamó mi hermana, en un principio me dijo que se había caído y que no reaccionaba y después ya me dijo: ‘No, fue un infarto y ya no hay nada qué hacer’”.
Carlos confesó que la noticia lo dejó en shock, por lo que su esposa, Cynthia Rodríguez, fue quien se encargó de ayudarlo a regresar a casa: “Literalmente me quedé mudo, no podía hablar, sólo recuerdo que estaba con Cynthia al lado y tuvo que tomar el teléfono, porque yo ya no podía hablar. Yo sólo podía decir: ‘Un avión, necesito salir de aquí, necesito llegar a ver a mi papá’. Fue súper complicado, porque fue de sábado a domingo y no lográbamos conseguir algo para regresar, milagrosamente, había un vuelo de Tenerife a Nueva York, de ahí mandamos un privado que me llevó a Puebla para llegar lo más rápido posible. Yo llegué al otro día a las 10 de la noche del otro día, fueron las horas más difíciles y más complicadas de mi vida”, reconoció.
Después del largo viaje, Carlos llegó a casa para darle el último adiós a su papá: “Lo único que le pedía a mis hermanos es que me esperaran que no hicieran nada sin que yo llegara, al final decidimos que cremarlo era la mejor opción y le hicimos una misa en la casa”, recordó. Aquel día, el cantante y su familia presenciaron un detalle en el velorio que incluyó en su nuevo disco: “En la portada del disco tengo un colibrí, porque mientras estábamos en la misa, el colibrí voló encima y fue muy impresionante para todos los que estábamos ahí”, explicó el cantante quien reconoció que los días posteriores a la partida de su papá fueron los más dolorosos: “Después de la despedida vino la parte más dura. Yo tenía un concierto y lo que le pedí a mi equipo fue que, por favor, nadie me dijera nada, porque era demasiado duro para mí llegar a cantar y sabía que en cuanto me empezaran a abrazar, con eso yo no iba a poder, iba a llorar”, recordó.
Cynthia su gran apoyo
El cantante confesó que la última llamada que recibió de su papá fue una en la que le pidió asistir al palenque de Zacatecas, una presentación con la que cumplió gracias al apoyo que recibió de su esposa, Cynthia Rodríguez: “Yo me acuerdo en el hotel de no querer ir, no querer salir y quien me levantó fue Cynthia, me dijo: ‘Tu papá no estaría contento si no lo haces’. Yo nunca en mi vida había perdido las ganas de cantar”, recordó. Curiosamente, sólo 15 días después de la partida de su papá, el cantante tuvo que regresar a Tenerife, un viaje que resultó un reto también: “Cuando estaba a punto de tomar el avión de Madrid a Tenerife, me empezó como una crisis de ansiedad y no quería subir al avión, porque me empezaron a llegar flashbacks de lo que empecé a sentir ese día. Le escribí a Cynthia, que en ese viaje no pudo ir conmigo, y le dije: ‘No me puedo subir al avión’ y me dijo: ‘Tienes que ser fuerte y hacerlo’, curiosamente el primer soul out que tengo este verano en España es en Tenerife y voy a ir otra vez, justo un mes antes de que mi papá cumpla un año”, finalizó.